jueves, 31 de diciembre de 2009

LA MÁS BELLA


Era muy afortunada, desde que vio la luz en una aristocrática y hermosa mansión todo habían sido privilegios, desde donde moraba se podía contemplar los hermosos jardines con las plantas más exótica dispuestas en caprichosas formas y combinaciones de colores. Sus fuentes con esculturas de dioses y toda clase de animales en perfecta composición, de donde manaba agua que llenaba preciosas piletas llenas de nenúfares. Lagos de un increible color azúl donde se paseaban cisnes altivos, donde se reflejaban inmensos y raros arboles traídos en barcos que surcaron los mares hasta llegar al más recondito país en busca de el más bello y desconocido. Arriates con primorosas formas .Un precioso laberinto que llevo años su bella ejecución y que una vez terminado eran muy pocos los que se aventuraban por él.

Allí se internaban el príncipe y sus invitados jugando e intentando encontrar el camino a la salida. Sus risas inundaban todo el jardín y llegaban hasta el palacio. Pero de no estar atentos sus constructores, nunca hubieran salido de aquél perfecto laberinto

Preciosas bancadas de lujuriosas plantas, de colores jamás soñados, junto a majestuosas escaleras, le hacían un lugar único, maravilloso.

Montañas de flores blancas semejaban las cumbres de un paisaje nevado.

Faisanes y pavos reales se paseaban y daban más explendor, si esto pudiera ser, al jardin.


Su aroma podría ser la envidia del más exigente perfumista, la mezcla de aquella flores y plantas exoticas, escogidas allí donde nacián , ya fuera en altas e innaccesibles montañas, como en profundas y peligrosas simas. Las pequeñas perlas de agua sobre ellas y el suave viento, producía un olor delicado y embriagante que solo la perfecta conjunción de flores y plantas del jardin podia dar. Pasear por él al arrullo del sonido de las fuentes, envueltos en la fragancia que desprendía ,era lo más parecido a un paseo por el cielo.



Dicen que en dias de primavera cuando el jardín llegaba a todo su explendor su fragancia se expandía por pueblos y ciudades haciendose notar hasta el último y escondido lugar del reino.



Todo como en un hermoso cuento se complementaba para hacer del jardín el más bello que nunca nadie pudiera haber soñado.




Dicen que en la antigüedad Nabucodonosor II rey de Caldea mandó construir a orillas del rió Eufrates para su bella esposa Amytis, unos jardines colgantes que le recordaran las floridas montañas de su tierra natal y mitigaran su pena. Fueron el asombro y la maravilla de todo el mundo por siglos y siglos.

Pero para Ella, la más bella entre las bellas, aquella a la que todo el mundo admiraba, ¡ la única!..,los jardines que el príncipe Alí había mandado construir para su bella prometida, eran los mejores. Despreciaba a los que hablando en voz baja los comparaban con los de Naboconodosor II. ¡Jamás ha habido, ni habrá cosa mas bella que los jardines del principe Alí!


Su soberbia la hacía no estar junto a sus compañeras, las consideraba inferiores, mediocres, todas recibían por igual los mimos y cuidados, eran consideradas como verdaderas reinas, cada día, servidores del príncipe Alí les procuraban lo mejor, cuidaban de ellas, sin omitir ningún detalle.


Algunas compañeras parecían que no querían mostrarse, buscaban el lugar menos expuesto a los demás. Se escondian de las miradas. Ella sabía que era porqué no se sentían bellas. No podián competir y eso las hacía no acercarse mucho.


Pero su belleza era imponderable, quería mostrarla a todo el mundo, quería que la valoraran en todo su esplendor.


Muchas veces al pasar por su lado escuchaba comentarios de personas que quedaban hechizados por su extrema y singular delicadeza de sus perfectas formas.



Siempre erguida y orgullosa... sola, en el lugar perfecto para ser admirada.


Dos sirvientes del príncipe se aproximaban hacía ella.



¡Mirad...mirad ...contemplar mi belleza!...



Sintió un gran desgarro en su bello , fino y esbelto tallo.



Uno de los sirvientes blandiendo unas grandes tijeras lo cortaba.



Solo tuvo tiempo para clavar al intruso una de sus espinas.



Una gota de sangre cayó al suelo junto con la savia de su vida

-¡ Maldita rosa, me ha clavado una espina!



-El príncipe Alí me mandó cortar la más bella rosa del jardín para su prometida.



¡ Esta es!

lunes, 28 de diciembre de 2009

NUEVAS TECNOLOGIAS


Estos días he visitado para hacer las compras de Navidad muchos pequeños y grandes almacenes. Allí buscando regalos he comprobado que este año uno de los regalos más expuestos en los comercio son los libros digitales o ebooks.



Hace tres años que mi hijo me trajo de New York uno de Sony, entonces le costo mucho encontrarlo, tuvo que perder un día de sus vacaciones porque solo lo vendían en la misma casa Sony. Su precio fue de unos 350 o 400€, ahora los que he visto cuesta alrededor de 250€


Este libro desde entonces no se ha separado de mi, debido a una larga enfermedad de mi marido he tenido que pasar muchas horas de médicos y hospitales y su gran capacidad de almacenamiento y su ligero peso lo hace muy útil para poder llevarlo en el bolso. Es de fácil lectura, tiene varios tamaños de letra y su manejo es muy fácil.


Ahora también he descubierto los audio libros, son estupendos, los puedo llevar en mi libro digital y también los tengo en el Ipod, horas y horas de libros relatados, antes me dormia leyendo un libro, ahora me duermo escuchándolo.


También son estupendos para entretener y aprender los podcast, muchas emisoras los tienen y puedes bajarte los programas preferidos y escucharlos donde te venga bien. Por Internet se pueden encontrar estupendos podcast de ciencia, historia, variedades, el Ipod no solo vale para escuchar música.


No puedo dejar de hablar de mi Nintendo DS, lleva conmigo también bastante tiempo y he pasado muchas horas entretenida y agilizando el cerebro, que ya debido a mi edad va a velocidad ralentizada, también la llevo casi siempre conmigo y en cualquier espera me sirve para que se me haga más corta.


Hace unos meses por mi cumpleaños, me regalaron un teléfono LG KM900, táctil e Internet por Wifi, es estupendo tiene mp3, radio, bluetooth, cámara, vídeo y mil cosas más. Ahora me lo querían cambiar por un Iphone que es lo último en teléfono, pero tiene que ser de contrato y yo prefiero el mio que es de tarjeta y no quiero compromiso de contrato con ninguna operadora telefónica.


Y por último que voy a decir de mi ordenador portátil, en mi sala de estar, siempre presente, me lo pasó mi hijo hace años y ya nunca uso el otro ordenador. para mí es mucho mejor no te obliga a estar en una habitación recluida y sola, también en mi sala de estar tengo mi impresora, escaner, fax y cuando necesito usarlo conecto el cable USB ¡y ya esta, trabajo terminado.!


No obstante, sigo comprando y leyendo los libros de papel, son insuperables, su tacto, su olor... abrirlo y ojearlo, leerlo y releerlo. Tengo cientos ya no me caben en casa, hace años que me hice socio de la biblioteca pública, por eso el libro digital me parece estupendo, no abulta y puedes tener muchos libros almacenados.

También hago uso de los crucigramas de siempre, me gustan y me entretienen, otra cosa más que no me falta en el bolso.¡ Por eso me pesa tanto!

¡Bueno! es estupendo que convivan para siempre los libros y pasatiempos de siempre con las nuevas tecnologías.


¡Feliz año 2010 !

miércoles, 23 de diciembre de 2009

FIESTAS NAVIDEÑAS


Estas fiestas me traen sentimientos dispares. Unos son tristes, son muchas las personas queridas que ya faltan en mi vida, personas que lo eran todo para mi y que estos días, si eso es posible todavía las echas mas en falta. Son muchos los huecos que dejaron vacios en nuestra mesa de Navidad. Más aun se llevaron un trocito de nuestro corazón y por eso poco a poco cada vez late más despacio, le cuesta cargar con su ausencia.

Y estos días estamos sensibles a recordar y eso nos duele, nos entristece. Y cuando ya los años pesan son pocas las personas a las que guste las fiestas Navideñas.

Por otro lado tenemos que seguir aquí y nos debemos a los que nos rodean, nuestra tristeza no debemos hacerla cargar a los demás. Hay que salir adelante, tomar una aptitud positiva, valorar lo que aún tenemos, unir a la familia, ir de compras, preparar la mejor cena que sepamos, verter todo el amor que tenemos entre los que están junto a nosotros, y disfrutar de todas las pequeñas cosas junto a nuestros seres queridos.

Estoy agradecida por poder celebrar junto a los mios otra Navidad y arrancar otra hoja del calendario para que el año 2009 de paso al 2010.

Os deseo a todos que no os sintáis solos, que miréis alrededor y que allí estén todos vuestros seres queridos, que ese contacto continué durante todo el año, que la armonía y la concordia sea una constante en vuestras vidas y que la salud nunca os abandone.

¡ Ser felices !

domingo, 20 de diciembre de 2009

ALBERGUE RURAL


Aquel pueblo abandonado, con casas derruidas por el paso del tiempo, conquistadas por vegetaciones donde antes sus moradores habían nacido, vivido sufrido y reído. Algún retrato antiguo colgado de un jirón de pared en pie dejando ver personas con vestimentas de otros tiempos, familias enteras que habían posado para un fotógrafo quizás en momentos alegres

Las paredes con enormes cicatrices por donde se podían ver aún pequeños enseres abandonados por sus dueños. Invadidas por plantas, que mecidas por el viento sus sombras tomaban formas fantasmales, plantas que eran junto con los numerosos roedores, insectos y culebras los únicos habitantes. En sus calles también tomadas por malas hierbas se podía escuchar el sonido del silencio, solamente roto algunas veces por crujidos provenientes de las casas, como si ellas quisieran contar alguna historia que solo ellas sabían. Algún viajero que se había aventurado, deambulando por allí, al sentir estos crujidos en medio del denso silencio un gran miedo les había caladado dentro de ellos los que les hacía abandonar con ligereza la visita del lugar.

Llamaba la atención la falta de aves, ningún pájaro se posaba sobre la vegetación ni volaban por sus cielos. Por eso pasear por aquellas calles con ese silencio denso, inquietante, enervaba los nervios de los pocos que se aventuraban por el pueblo. Nadie sabía la razón del abandono, algunos supusieron que sus moradores marcharon a buscar una vida mejor en grandes ciudades.



Este pueblo era el que compraron Pedro y su mujer Amparo, ellos eran el exponente de dos tríunfadores en sus respectivos trabajos, altos ejecutivos en sus empresas, salarios descomunales y reconocimiento de sus méritos profesionales.

Pero no estaban contentos, sus trabajos le robaban todo el tiempo, vivían para trabajar y a eso quisieron dar fin. Hacía tiempo que soñaban con construir un albergue rural en un sitio tranquilo y regentarlo ellos.


Después de muchos viajes buscando donde llevar acabo su idea, dieron con el pueblo. Junto con el pueblo también compraron una gran extensión de tierras circundantes. El precio que pagaron fue muy bajo, pero las obras a realizar eran cuantiosas y se llevarían todo el dinero del que disponían.


La reconstrucción fue rápida, solamente surgieron algunos problemas en los suministros de los materiales necesario ya que el camino que llevaba al pueblo estaba tomado por la vegetación.


Una vez limpia y asfaltada la carretera todo marchó según lo previsto.


Pasado dos años la fisonomía del pueblo y sus alrededores cambió radicalmente, donde antes solo había pedruscos y malas hierbas ahora un paisaje de bellos caminos bordeados de vallas de maderas rusticas daban paso a estanques llenos de flores y aves, piscinas, pérgolas y miradores, lugares para el descanso. También preciosos caballos dispuestos para hacer rutas por los alrededores.


Muchas de las casas fueron derruidas y las menos fueron restauradas conservando su fisonomía anterior.
Las disposición final de las casas formaban un todo, perdiendo la antigua configuración de pueblo. La capacidad hostelera era pequeña ya que el matrimonio quería regentar el negocio solos.

Ahora se trataba de pequeñas casitas agrupadas alrededor de una mucho más grande la cual servía de sala de estar de los clientes, comedor, recepción y cocina.

Todo había sido preparado con muy buen gusto y dedicación para hacerles las estancias a los huéspedes muy gratas, cálidas y amenas.

Pedro y Amparo se extrañaban que ningún habitante de los pueblos cercanos se hubieran interesado por ver como habían transformado, el ruinoso pueblo.

Habían tratado con diversos comerciantes de pueblos limítrofes con la pretensión de que les suministraran todos lo artículos que ellos fueran precisando, pero sus pretensiones fueron rechazadas sin explicaciones. Tan solo el panadero consistió en pasar por allí y abastecerles.

Cuando pudieron abrir por fin al publico la temporada alta ya había pasado, pasaron un mes sin tener un solo cliente. Se publicitaron en toda clase de agencias y también en periódicos.

Por fin recibieron una llamada de una empresa relacionada con el medio ambiente interesándose por la capacidad y precios ya que pretendían dar un curso a varios empleados de diferentes provincias y pensaban que aquel podía ser un buen lugar. El trato se cerró y en quince días llegarías las personas del curso.
Ya caía la noche cuando los primeros huéspedes empezaron a llegar.


Antonio y Amparo estaban nerviosos eran sus primeros huéspedes y se encontraban un poco desbordados. La empresa que los había contratado tampoco había colaborado mucho al no mandar el listado de las personas que llegarían ya que las habitaciones al ser para dos personas, debian alojar en ellas a personas del mismo sexo.


Ya era entrada la noche en aquel paraje que en medio de la naturaleza resplandecía como un precioso parque de atracciones. a ello contribuían los numerosos focos de luz azul que bordeaban las revueltas del camino que llevaba al albergue rural.

Los huéspedes fueron asignados a sus habitaciones y se fueron retirando a descansar.

Concha fue de los últimos en llegar, venía de otra provincia y se encontraba cansada, su deseo mas ferviente era darse una ducha y meterse en la cama.

-Está es la habitación 9, es una de las que hemos conservado.

Concha observó que allí había una gran cama, junto a ella una pequeña, portátil, las dos perfectamente preparadas.

-De momento usted es la única mujer del cursillo, pero tenemos dudas, en el listado la empresa nos comunica que puede ser que otra cursillista llegue, por eso está preparada otra cama.

Concha despidió a Amparo y se metió en la ducha, escogió la cama más pequeña y se dejó caer en ella. Al momento se durmió.

Despertó sintiendo una presencia junto a su cama, sobresaltada pero soñolienta abrió los ojos y junto a ella se encontraba una muchacha que la miraba muy sorprendida.


Concha comprendió que era la compañera de habitación que Amparo le ha había dicho que se podría presentar.


-¡Buenas noches!- dijo Concha- te he dejado la cama grande yo prefiero esta mas pequeña.

La muchacha no contestó.

Bueno, mañana hablamos, ¡Hasta mañana! y diciendo esto Concha se acurrucó y durmió al instante.

Al llegar la mañana Concha despertó y miró alrededor, se extraño al no ver a su compañera de habitación, y ver que la cama parecía que no había sido ocupada.

Con recelo miró en el cuarto de baño y ni rastro de la muchacha. Se apresuró pues el reloj marcaba ya la hora señalada para el desayuno.Entró en el comedor del albergue.
-¡Buenos días!

-Buenos días, sus compañeros están ya desayunando en aquella mesa.


-¡Gracias! pero prefiero esperar a la muchacha que llegó esta noche.


Amparoy Antonio se miraron angustiados y asustados recordando la historia que el panadero esa misma madrugada les acababa de relatar.

Cuando el panadero llegó Amparo le habló de su estrañeza sobre que ningún comerciante más quisieran venderles sus productos. El panadero después de algunas excusas incoherentes se decidió a contarles el porqué de esa situación.

" La superstición es la clave por lo que los habitantes de la comarca no quieren pisar este lugar

"La historia se remonta a la guerra civil, la noticia del alzamiento en armas de parte del ejercito, todavía no había llegado a este pueblo- entonces las carreteras y comunicaciones eran muy precarias- ese día todo el pueblo estaba de fiesta se celebraba una boda y todos estaban invitados.

Los novios con su mejores galas después de darse el sí, comieron y bailaron junto con familiares, amigos y vecinos, todo era alegría.

Ya entrada la noche entre vivas a los novios se retiraron a su habitación, pocos minutos después, los novios asustados, escucharon ruido de automóviles y gritos de espanto junto lloros y suplicas.

De repente la puerta de la habitación se abrió y tres hombres armados entraron y conminandoles a levantarse de la cama bajo amenazas de las armas, arrastraron al novio mientras le daban toda clase de golpes. Luego se lo llevaron mientras a ella de un culatazo con un arma la dejaron inconsciente .

Mientras por el pueblo gente armada perseguían a todos los hombres y una vez cazados los metían en un camión. Varias de la mujeres que intentaban interceder por ellos fueron salvajemente golpeadas.

Cuando la recién casada recobró la conciencia, salió rápido buscando a su marido, pero solo alcanzó a verlo en uno de los camiones custodiado por aquellos malvados hombres.

-¡No preocuparos por ellos antes del alba estarán muertos!

Y de despedida apretaron sus armas intentando alcanzar a mujeres y niños que despavoridos corrían a buscar refugio

El ruido de los camiones se fue alejando y en el pueblo solo se oyeron lloros y lamentos.

Esa misma noche mujeres heridas junto con sus pequeños hijos abandonaron el lugar para siempre.

Solo la recién casada con la razón perdida, vagó por el pueblo mirando atónita los restos de la fiesta de su boda mezclados con sangre de inocentes.

Volvió a su habitación y allí esa misma noche se ahorcó.

El pueblo quedó abandonado. Desde entonces nadie lo visita
Dicen que solo se pasea por sus calles la recién casada.

Cada noche vuelve a su habitación buscando la felicidad que allí perdió."

sábado, 12 de diciembre de 2009

ADÉLE

Cientos de pobres haitíanos en busca de una vida mejor sucumben tragados en aguas del Golfo de Mejico en su afán por llegar a los Estados Unidos. En su desesperación pierden rumbo en el Paso de Los Vientos y recalan en costas cubanas. La vecindad de Haití con República Dominicana, en la isla de La Española --como se le llamara en tiempos de navegantes a un entonces único territorio—, ha hecho que la República Dominicana históricamente haya sido receptora de emigrantes desde Haití, sobre todo a partir de inicios del siglo XX.


Unos de esos pobres emigrantes fueron Adéle junto con su madre y hermanos esperando sobrevivir en unas condiciones que en su país les estaba vedadas. Maltratados por un padre déspota, malvado y cruel, constantemente borracho, mujeriego que solo volvía a ellos para hacerlos trabajar hasta la extenuación por unas pocas monedas . Después de quitárselas desaparecía por semanas o meses. Al volver las palizas y el maltrato eran compañeros inseparables de sus vidas.


Por las calles de Puerto Príncipe miles de personas famélicas vagaban en busca de un pequeño trabajo para poder llevar algo a la boca, a veces las peleas por un pedazo de comida, terminaba en una tumultuosa pelea donde podía haber heridos incluso muertos. Así era la miserable vida de ellos en Haití.


Un día su padre volvió borracho después de un tiempo desaparecido, comenzó a gritar a su madre y a darla fuertes puñetazos y patadas, la tiró al suelo y sin piedad la pateaba, dejándola casi muerta. Su hermano de 12 años Alfred, intento socorrerla, pero el padre lo cogió por un brazo y como si de un muñeco de trapo se tratara lo elevó del suelo y lo lanzo contra la pared. Alfred ya no vería nunca más la luz del día. Allí acabó su penosa y breve vida, su padre en su brutalidad le había liberado de aquella miserable existencia que le tenía asignada el destino. Después el verdugo se durmió como si para él nunca hubiera sucedido cosa tan deleznable Todos horrorizados lloraron al pobre Alfred. Luego hicieron lo único que estaba a su alcance, fueron a buscar unas maderas con las que pudieran formar un humilde ataúd, para dar sepultura al inocente niño. Entre esas cuatro madera metieron el desnutrido cuerpo de aquel pobre desgraciado. Su madre en la despedida encendió unas velas que puso alrededor del ataúd, regó con harina parte de él y con una voz que Adéle nunca la había oído, empezó a hablar en un extraño idioma africano. Mientras entre lágrimas movía las manos haciendo figuras que solo ella conocía y girando su cuerpo como una peonza. Este ritual le producía tal sufrimiento, desgaste físico y síquico que cayó desmayada encima de la humilde caja que contenía a su hijo. Su padre se encontraba cerca de allí, borracho y sin sentir remordimientos. Los miraba hacer como si nada de eso fuera con él.
Adéle no podía dormir la imagen de su hermano muerto no la dejaba. No merecía morir, su padre era el que tenía que haber muerto, de esa forma la maldad habría desaparecido de sus vidas. Para ella era la reencarnación del mismísimo diablo.

Escuchó unos ligeros ruidos y abrió los ojos. Su madre cortaba unos mechones de pelo a su padre que tirado sobre una vieja alfombra vegetal, dormía. Después su madre cogió un trozo de tela y formó una grotesca figura semejante a un ser humano y dentro de ese monigote introdujo el pelo y un trozo de tela de una vieja camisa del padre.

Luego hablando en susurros en la penumbra de aquellas cuatro paredes que les daba cobijo, cogió unas pequeñas astillas y las fue introduciendo en diversas partes de aquella figura.


Mas tarde salió fuera de la choza de cartones y desechos que le servía de casa. Levantó la figura hacía la luna pronunció varias frases. Después la enterró escarbando con rabia y mucho dolor con sus manos

Adéle, volvió corriendo a su rincón y se acurruco intentando dormirse, pero estaba aterrada pensando en lo que acababa de ver. Ella sabía de esas costumbres, pero nunca pensó que su madre se atrevería hacer una cosa así a su padre. Si ese hombre malvado hubiera sospechado algo, la vida de todos ellos, no valdría nada.


Al día siguiente su padre empezó a sentirse mal, ya no se levantó de aquella sucia alfombra y solo se despertaba para pedir más bebida.

Otra noche, Adéle a la que el miedo no la dejaba dormir, volvió a ver a su madre levantada.
Desde su rincón la seguía en todo lo que hacía. Su madre volvió a salir y arrodillándose junto a donde enterró el muñeco escarbó y al sacarlo lo miro un instante a la luz de la luna y con furia introdujo una gran astilla a la altura del corazón. Después volvió a enterrarlo.


A la mañana siguiente su padre amaneció muerto.

Su madre cogió las pobres pertenencias que tenía y junto con sus hijos emprendió una larga y penosa caminata que los llevaría a la República Dominicana.

Las calamidades son compañeras inseparables de los pobres. Adéle sus hermanos y su madre, pronto se dieron cuenta que para unos analfabetos emigrantes, no había ninguna oportunidad en este mundo.

El color de su piel oscura y su procedencia les abocaba a una sola salida, volver a la esclavitud. Para gente como ellos solo había trabajo en los cañaverales en el durisimo trabajo de cortar la caña de azúcar .En los cañaverales, volvieron a ser esclavos como lo fueron sus antepasados traídos a la fuerza desde África.

En esos cañaverales infectos, insalubres, llenos de multitud de mosquitos y aguas estancadas trabajaban de sol a sol por el mísero alimento.

Pasaron los años y Adéle empezó a ayudar en el servicio de la casa
Por ese trabajo le daban unas pocas monedas que entregaba a su madre. Ella las recogía y las guardaba, nunca gastó ninguna de ellas. Cuando Adéle le decía que comprara algo a sus hermanos o para ella misma, su madre la miraba con ternura y la decía -Estas monedas tienen otro destino- y no aclaraba nada más.

Un día su madre ya anciana, la llamó y empezó a hablar:

-Adéle, cada vez que tu me dado el dinero que tanto te ha costado ganar, yo lo he dedicado a prestar a haitianos que cortan como nosotros la caña de azúcar.
Este dinero no es mucho, pero ahora te lo devuelvo y te aconsejo que busques un sitio mejor donde pasar tu vida. Todavía eres joven y podrás salir de esta pobreza que desde que nacimos nos acompaña ¡Hazlo hija, vete, vete de aquí!.

-Madre, pero no puedo dejarla sola, mis hermanos ya no están aquí.

-He dicho que te vayas, mi vida ya está terminada, tu debes comenzar la tuya, todavía no es tarde.
En la casa ayudando había una resuelta dominicana que a Adéle, le volvía loca charlando siempre sobre mil cosas, el sueño de esta era marchar del país y contaba que tenía muchos familiares en diversos países y que ahorraba para marchar a alguno de ellos. Su preferido era uno que se llamaba España. Adéle no había escuchado nunca ese nombre.

En unas de esas conversaciones Adéle le contó que ella estaba decidida a marchar también.

La dominicana se encargó de que sus familiares la indicaran todos los tramites para emigrar a ese país donde decían que había trabajo para todos.

Por fin todos los tramites dieron su fruto y la dominicana y Adéle se vieron con un billete de avión y pasaporte para su traslado de América a Europa.

Su llegada al nuevo país también trajo consigo mil sufrimientos. Los familiares de la dominicana solo querían el poco dinero que traían consigo las dos muchachas. Por un camastro que se extendía en un pasillo pasada la madrugada, les cobraban una suma de dinero desorbitada y el trabajo prometido nunca llegaba.

Para Adéle aun era peor pues el color de su piel le cerraba muchas puertas. Nadie le decía que no le daban el trabajo por ser negra pero era sabido por todos.

Así las cosas la angustia cada vez era más grande, en un país extraño, con costumbres muy diferentes y sin tener ningún oficio, era una tarea casi imposible el acceder a un trabajo.


Un día le hablaron de una ONG que ayudaba a encontrar trabajo a los emigrantes ilegales. Acudió y otra vez la desilusión le embargó. Allí se encontraban decena de personas de todas nacionalidades tan desesperadas como ella, parias del mundo que después de recorrer miles de kilómetros, llenos de penalidades, se encontraban otra vez en la espiral de la pobreza donde entraron al nacer.

Después de una espera de horas una muchacha, nombro el número que llevaba en su mano.

Adéle tomó asiento en la silla que la muchacha le indicaba y empezó a desgranar las vicisitudes que había tenido que pasar hasta llegar a España.

La muchacha le pedía algunos datos, asentía en algunas ocasiones a lo que Adéle contaba y su cara era de impotencia.

-Mira Adéle, no te voy a engañar no nada fácil encontrar un trabajo, solo te podíamos buscar para hacerte cargo de una persona gravemente enferma, esos trabajos son a tiempo completo, tendrías que vivir en la casa del enfermo y tu tiempo libre sería poco, tampoco el sueldo sería importante.

-No importa siempre he trabajado, no me asusta que el trabajo sea duro.

La muchacha se levanto cogió una carpeta y se acercó a una mesa donde trabajaba otra muchacha, entabló una conversación en voz baja y la otra muchacha miró a Adéle, después hizo un ligero gesto negativo mientras contestaba.

-Adéle, estoy en dudas sobre este trabajo que te puedo ofrecer, varias personas lo han intentado antes que tu, pero la señora requiere muchos cuidados y su marido, como te diría.... es un poco peculiar, dicho en otras palabras tiene un carácter endiablado.

-No importa, deme por favor ese trabajo... ¡ lo necesito!

-Otra cosa, no sé como decírtelo pero aún hay otra pega, ese señor es racista la gente de color no le agrada, espero que como él también está desesperado consienta en emplearte.

-No se preocupe estoy acostumbrada a que no se me juzgue por mi, la gente solo ve mi color.

-Ten estas son las señas del domicilio ¡ Que tengas suerte!

Adéle se presentó en el domicilio. Abrió la puerta un hombre de unos sesenta años, mal encarado y con un aspecto desaliñado y huraño.

-¿ Que quería usted? disponiéndose a cerrar la puerta inmediatamente.

-Espere ... me manda la ONG por el empleo para cuidar a una señora.

-No necesitamos a nadie… ¡ Adiós!

Desde dentro se escucha una débil voz de mujer que le dice ¡ déjale entrar !

El hombre se echó a un lado y la dejó pasar. A primera vista la casa se la veía descuidada y al pasar a la habitación donde se encontraba la mujer un fuerte hedor la recibió.

Busco entre las penumbras a la mujer y la encontró postrada en la cama, no debía ser tan anciana como aparentaba, huesuda, pelo ralo, descuidada, abandonada.

Las cortinas corridas lo que daba a la habitación una oscuridad deprimente, la ropa de cama revuelta y sucia .En los muebles de la habitación se podían ver toda clase de utensilios usados y resto de comidas que no habían sido retirados y que le daban un aspecto de falta total de higiene.

-Gracias, por venir, necesitamos urgentemente alguien que nos ayude. Y sus ojos donde todavía quedaban un resto de vida parecían implorarle.

El hombre emitió un pequeño gruñido y empezó a decir algo.

-Por favor Higinio, ya me queda poco, déjame morir en paz. El hombre salió dando un fuerte portazo.

Desde que Adéle había conocido a aquella mujer sintió una gran ternura hacía ella, la vio tan débil, tan impotente, tan falta de cariño. Pensó en la vida que habría llevado junto a ese hombre, en el cual ella intuía el estigma de la maldad. Sintió un escalofrío recordando en ese hombre a su padre. Comprendió que en cualquier parte se puede encontrar a seres desvalidos, desgraciados, sometidos por otros.

Sus días en la casa pasaban al lado de la señora, ella requería mucha atención y para Adéle cuidar y acompañarla significaba mucho, en la señora veía a otras muchas personas buenas que no merecían sufrir.

El marido vigilaba cada movimiento de Adéle, protestaba por todo y algunas veces le hacía repetir el trabajo aduciendo que esta mal hecho. Se negaba a comer lo que cocinaba Adéle y por lo bajo decía que él no comería lo que tocara una negra. Fumaba compulsivamente y la ceniza la regaba por toda la casa, mirando con satisfacción como Adéle limpiaba una y otra vez. En varías ocasiones había quemado los muebles e incluso en la cama tenía esa costumbre.


En algunas ocasiones, tuvo que intervenir echando al hombre de la habitación al ver que todavía el ejercía su maltrato contra su mujer. Esto hizo que el odio entre Adéle y el hombre fuera recíproco.

Adéle soportaba los gritos y malos modos de ese hombre solo por la fuerte amistad y cariño que la unía a la señora, algunas veces cuando reunía fuerza, la desgraciada mujer, le contaba la mala vida que aquel mal hombre le había dado, las palizas casi diarias, los menosprecio, y sobre todo aquel día horrible que estando embarazada la paliza la hizo abortar. Desde entonces cayó enferma y nunca más mejoraría. Desde aquel día solo pensaba en morir.

La señora empeoró y casi todo el día lo pasaba inconsciente, las medicinas que tomaba para calmar el dolor la tenían en ese estado. Adéle casi no se apartaba de su lado, la acariciaba, la hablaba al oído inventando bellas historias, la decía que cuando mejorara se irían las dos lejos de esa casa y que cuidaría de ella.

Estaba en la cocina preparando la próxima toma de una medicina cuando noto ruidos y voces en la habitación de la enferma. Soltó rápido lo que estaba preparando y corrió.
Cuando llegó allí el hombre zarandeaba a su mujer violentamente y levantaba la mano para soltarla sobre la cara. Adéle agarró el brazo del hombre y lo retorció con la fuerza que le había dado los años pasados trabajando en los cañaverales. Furiosa le desplazo de un fuerte empujón fuera de la habitación mientras le decía-¡ Si le vuelvo a ver tocar a la señora le MATO!

-¡Negra, prepara tus maletas, no te quiero aquí! nunca debí dejar que entraras en mi casa!

-¡Nadie, ni nada me echara de aquí mientras la señora esté viva y necesite mis cuidados!

Esa misma noche las fuerzas de la mujer ya no daban más de sí. Adéle llamó al médico, el pronostico fue de que era cuestión de unas pocas horas que el fallecimiento se produjera.

Guardándose su desprecio buscó en el salón al hombre, el cual no se había preocupado de estar presente cuando vino el médico.

-El médico dice que a la señora le quedan horas,¿ Quiere pasarlas con ella?

-No me voy a dormir, no me molestes.

Adéle, dio la vuelta y pensó que ya había llegado la hora de hacer lo que tenía pensado hacía tiempo.

Entró en su habitación y de un cajón saco una vieja camisa, pelo y uñas de aquel malvado hombre y despacio formó una figura de trapo. Una vez terminada la metió en su bolsillo ya que pronto pensaba darle uso.

La señora falleció de madrugada. Adéle se preocupó de todos los tramites sin molestar al hombre como él le había indicado. También preparó su maleta.

En el cementerio Adéle se encontró sola, nadie vino a despedir a aquella desgraciada mujer.

Se puso de rodillas sobre la tierra removida de la tumba y sacó la figura de trapo, despacio fue clavando astillas por todo el cuerpo pero antes de clavar la última en el corazón, saco de su bolso una caja de cerillas y prendió aquella figura grotesca.

Cuando el muñeco casi ardía por todos lados, entonces sí, la astilla mas grande la insertó en el sitio donde se supone está el corazón. Escarbó y enterró la figura en aquella tierra removida del cementerio.

Después recordando el ritual de su madre habló con aquellas enigmáticas palabras que ella nunca comprendió.
·
La gente aglomerada cerca de donde los bomberos intentaban apagar un fuego que se había producido en un piso.
-¿ Que ha pasado.
-Ha fallecido un hombre, se ha quemado su casa, dicen que se durmió fumando.

sábado, 5 de diciembre de 2009

¡ YA ESTOY AQUí !

El día 4 me han quitado el cabestrillo del brazo, pero ahora tengo que hacer rehabilitación.

El médico me ha dicho que voy a llorar, que es muy doloroso y me ha mandado un analgésico muy fuerte.

El miércoles día 9 empiezo la rehabilitación, pero ya en casa estoy haciendo los ejercicios que el médico me ha dicho que haga mientras llega el día 9.


Os puedo asegurar que voy a pasar por muy malos momentos, ya que los ejercicios que estoy haciendo son muy suaves y los dolores son tremendos.

Pronto pondré un nuevo relato ya que durante estos días que he estado sin escribir, he grabado el relato con mi voz y tengo ya alguno casi terminado, solo falta escribirlos en el blog.


Un abrazo para todos y felices fiestas.

LA AUTORA

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