viernes, 26 de febrero de 2010

NOCHE INCOMPLETA


Se que no se soy nadie para dar consejos...pero os recomiendo que las noches sin luna no salgáis de casa, no os adentréis por paisajes extraños, por calles estrechas e intrincadas, por callejones solitarios, por parques de arboles con formas fantasmales...Porque allí os espera agazapado el mal; es el momento propicio para que todos los asesinos crueles, seres malignos, criatura infernales y horrendos personajes de nuestras peores pesadillas que aguardan escondidos en sus guaridas, salgan a la caza de sus despreocupadas e ingenuas víctimas.



¡EL MAL ESTA AHÍ FUERA!




Las sucia y descascarilladas paredes rezumaban un maloliente y viscoso liquido provenientes de líquenes formados por el paso del tiempo, La noche era lúgubre, la luna no apareció y las densas sombras caían a plomo sobre los pocos viandantes que se atrevían a deambular por aquellas tétricas calles llenas de toda la escoria de la ciudad. En aquel barrio marginal eran pocos lo que se atrevían a entrar, allí reinaba la ley de la selva, figuras fantasmales pululaban de un lado a otro esperando poder acceder a un poco de veneno blanco o cualquiera de otras substancias, las que mas pronto, que tarde, haría venir a la dama de la muerte envuelta en su sudario blanco, blandiendo su guadaña, y con urgencia daría fin a sus miserables vidas.


Figuras borrosas recostadas en aquellas mugrosas paredes, esperaban desde el principio de los tiempos a un circunstancial cliente que necesitara de sus servicios y pagara por ellos, luego nuevamente volvían a su sitio a esperar poder vender sus desvencijados y ajados cuerpos para poder sobrevivir o procurarse su veneno diario.


Pero esta noche todos los habitantes del mundo deberían buscar cobijo bajo cualquier techo.Todos al resguardo bajo el techo de un palacio o de la más humilde y desvencijada casucha. ¡Escuchad ! ... algo nos quiere decir el murmullo del viento, si entendiéramos su idioma sabríamos que nos está advirtiendo, que nos habla, que nos comunica que nada bueno podemos esperar de esta noche, que miremos al cielo, que veamos que hasta la luna no se atrevido a salir, su murmullo cada vez se hace más violento.... Arrecia y enfurecido empuja y arrastra todo lo que encuentra a su paso. Las figuras que esperaban recostadas, fueron alcanzadas por su furia y con violencia las desplazó, como si el viento quisiera empujarlas a marchar rápidamente a donde quiera que viviesen.


De repente una niebla sucia, putrefacta, espesa, hedionda que casi se puede cortar, cae como plomo frío y se expande borrando lo poco que aún se puede contemplar.

-¡Oíd!...¡Oíd!.. - de las cloacas salen diminutos seres , que reptando, llenan las calzadas, y emitiendo su infernal sonido " sssssss.... al amparo de las sombras van en busca de sus víctimas.

De los nichos más ocultos miles de horribles quiróptero alados cubren el cielo; con sed insaciable de sangre fresca; llevan mucho tiempo esperando una noche donde la luna no acuda a su cita para poder saciar esa sed y furiosos se abalanzan para vaciar del más preciado liquido al ingenuo que no esté a buen resguardo.

De entre los arboles salen unos aullidos escalofriantes..las ramas de los arboles crujen y su sonido se une a un trotar de furiosos e ignotos animales que rápidamente salen en busca de sus presas, las cuales despedazarán para dar satisfacción a su instintos mas malignos.


Los demonios salen del averno para arrastrar con ellos a los que no hayan sido precavidos y así condenarlos a toda una eternidad ardiendo en los infiernos.

Figuras repugnantes vagan entre las sombras para dar caza y capturar a las criaturas que encuentren a su paso.

Todo se ha llenado de seres que aprovechan la ausencia de la Luna. La MUERTE.... se pasea y acecha entre las espesas sombras.


-!POR ESO, OS ADVIERTO! ...- ¡GUARDAOS DE LAS NOCHES SIN LUNA!

lunes, 15 de febrero de 2010

LA CAJA DE PANDORA

En su palacio crecerán las zarzas, ortigas y los cardos, sera morada de chacales y refugio de perros,
El oficiante cubierto con una vestimenta talar con movimientos sigilosos dirigía la ceremonia.

Su voz como un trueno pero a la vez mesurada recitaba lo que iba leyendo de un libro que tenía abierto sobre una especie de reclinatorio. Siguió con su lectura.
-Lilith fue seducida por Satanás y por tanto es madre de demonios. Lilith reina del súcubo que visitas a los hombres en sus sueños ¡ te tenemos presente! De tus relaciones carnales con ellos tus hijos no tienen cara pero nosotros queremos ofrecerte más adelante en nuestra ceremonia una criatura que hemos creado para tu regocijo y el de tus fieles seguidores.
Mientras llega este momento y por tu intercesión están saliendo de sus moradas toda clase de demonios, súcubos e íncubos los cuales infringen a los mortales grandes mortificaciones y tormentos.
Hemos abierto la caja de Pandora para esparcir por este mundo los pequeños espíritus alados y malignos. Queres, propagará la enfermedad la debilidad y la vejez.
Ellos vivirán entre los hombres. La caja de Pandora se cerrará y dentro solamente quedará la esperanza.
Pero la caja nunca volverá a abrirse y los hombres no recuperarán la esperanza. Así los pocos que tienen fe desesperarán, renegarán de esta fe que hasta ese momento los ha sostenido . ¡El mundo sera vuestro reino!
El canto del gallo que indica la llegada del día, ya no hará más huir a los demonios y los aquelarres nunca darán fin porque llegue la luz a ellos.

¡Todo se tornara en sombras y ellas triunfarán sobre la luz!

Vuestros fieles nos hemos reunido en este castillo que fue construido por diablos para invocaros y presentaros a la criatura que con ayuda de Eurinomo Principe de la Muerte hemos preparado para tu satisfacción.
Eurinomo cuya presencia reverenciamos por su figura abominable, por su cuerpo lleno de heridas, dentadura de animal carnicero y cuyo alimento son los cadáveres, ha tenido a bien donarnos dos cadáveres con los cuales nosotros hemos creado una criatura que creemos sera de vuestra satisfacción.
Esta criatura para que fuera digna de Vos, tenía que ser repugnante para el ser humano, pero de gran belleza para los que profesamos la verdadera fe de las tinieblas, de los que creemos en el mal y despreciamos lo que los infieles llaman bello o bueno.
El oficiante calló y con paso quedo, se acercó a una especie de ara en la que a duras penas se podía apreciar algo, desató un gran cordón negro y haciendo grandes esfuerzos levantó lo que más parecía un despojo. Al momento se oyó una gran exclamación de sorpresa y entusiasmo ¡Es una gran creación! ¡Es verdaderamente digna de quien adoramos!
El sacerdote lo izó y dos acólitos se acercaron ayudandole a llevarlo hasta la escalinata.
Todavía no tiene el soplo de la vida, esperamos en esta ceremonia otorgasela y que vague por este mundo como un presente que ofrecemos a Lucifer y Lilith y que ellos envían a los humanos para su espanto y para que comprueben el poder de vos y de los que os adoramos.
Dicho esto el sacerdote cogió una especie de legajos y muy despacio empezó a recitar una letanía apenas audible, en la que de vez en cuando se podía oír invocar a nombres de todas las criaturas malignas.

El engrendo tomó vida y su descripción es imposible. ¡Te damos la libertad para que causes el espanto entre los pobladores de este mundo!

¡Nuestra era ha llegado!

miércoles, 3 de febrero de 2010

VIAJE INFERNAL


Fabio esperó la llegada del vagón del metro que le conduciría cerca del taller donde le entregarían su coche. Hacia mucho tiempo que no viajaba en metro y todo le resultaba extraño. Había tardado en poder sacar el billete pues ni tan siquiera sabia el importe, por dos veces se despistó y no dio con la línea que le correspondía coger para llegar a su destino. Pero por fin ya se hallaba en el andén correspondiente. Sintió que el malestar cada vez era mayor había mucha gente en el andén, el calor era insoportable y el olor nauseabundo. Por fin el ruido que se produjo le alertó de que el vagón del metro llegaba, la gente empujaba y tan siquiera dejaban salir a los que estaban dentro y deseaban hacerlo. Empujado por las demás personas por fin entró en el vagón, miró alrededor y se preparó para hacer más llevadero el trayecto. Vio en un rincón una pareja, al parecer de novios, él con los brazos extendidos y su frente sudorosa, arropando y salvaguardando a ella de los posibles empellones, más parecía un gallo dentro del corral, por lo estirado y orgulloso que se sentía. De vez en cuando acercaba su boca al oído de ella y aprovechaba para rozar el cuello con sutiles besos, la muchacha lo agradecía con miradas tan tiernas que parecían quererlo derretir. No obstante, en alguna de esas miradas le pareció descubrir un brillo de malignidad. Suspiró y desvió su mirada, su corazón latía rápidamente y su cabeza parecía jugarle malas pasadas. Más cerca un hombre de mediana edad con un paquete debajo del brazo, parecía que de un momento a otro se quedaría dormido de pie. Por el olor que despedía dicho individuo Fabio comprendió que se trataba de un pescadero que terminaba su jornada y volvía a su casa. Allí, le aguardaría una familia deseosa de que él llegara? o le pasaría como a él que al llegar a casa nadie saldría a su encuentro. En uno de los asientos una anciana le llamó la atención ya que sin prestar interés a lo que ocurría, tejía con agujas lo que parecía que una vez terminado sería un jersey de niño. Fabio se interesó por sus ojos azules, pequeños ,pero con un brillo que no correspondía al resto de su cara llena de arrugas como surcos en tierra. Sus ojos era casi lo único que le quedaba con vida, ya que su piel de cartón ajado y su cuerpo huesudo parecía que ir a desmoronarse de un momento a otro. Fabio imagino que el único vínculo que ataba a la anciana a la vida era el jersey en el que tanto se afanaba, y que una vez acabado abandonaría esta vida, porque ya nada la unía a ella. Pero de pronto la actitud de la mujer cambió y Fabio vio como deshacía gran parte de la labor que con tanto afán había hecho y entonces pensó su trabajo no le gusta o es verdad que es su único vínculo con esta vida y se niega a dejarla. ¡Va! ¿qué le importaba a él? Seguro que concluido el trabajo abandonaría este mundo sin gran pena.
Un movimiento en todo el vagón junto con algunos empujones, le anunciaron que llegaban a otra estación, y nuevamente se sintió presa de una gran angustia, su frente se empapó de sudor y por un momento sus piernas parecían negarse a sostenerle. Pensó en abandonar el vagón en esa misma estación, pero cuando se decidió a hacerlo ya era tarde, pues el aluvión de gente que entraba le empujó hacia dentro produciéndole con ello aun mas angustia, todo empezó a darle vueltas. Como pudo, giro sobre si, e intentó asir la barandilla donde ya se asían infinidad de manos. Fue entonces cuando su vista recayó en ellas, entre todas esas manos sudorosas y pegajosas sobresalían unas que le llenaron de espanto. Eran las de su vecino más próximo su piel extrañamente oscura y verdosa contrastaba visiblemente con sus manos, delicadas y absolutamente blancas, inmaculadas, parecían de otra persona. Fabio, cada vez más mareado y enfermo, repasó a todos los que se apoyaban en la barandilla. Sus caras parecían mascaras horribles que se burlaban con gestos obscenos de él. Aterrado, comprobó efectivamente que no había sufrido error, esas manos, excesivamente blancas, pertenecían al hombre de tez oscura y verde mezcla de carbón y azufre. En aquel ambiente húmedo y claustrofóbico su cuerpo se negó a sostenerle más, su piernas se aflojaron, una sensación de terror fue lo ultimo que sintió antes de desvanecerse.

Cuando volvió en sí no sabía donde se encontraba, alguien hablaba, pero no entendía lo que decían y además el sonido le llegaba muy quedo ¿dónde estaba? Su cerebro parecía no poder salir del sopor que mantenía, no se atrevía a abrir los ojos, pues todavía estaban muy vivas la angustia y el terror que había sufrido en ese viaje infernal en el metro, la visión dé aquel ser tan distinto y tan repugnante. Y aquella muchedumbre que se burlaba, pareciendo que todos ellos quisieran acabar con él allí mismo o llevarlo a su mundo lleno de fealdad y podredumbre.

Poco a poco su cerebro parecía ir despertando. Primero, todavía sin atreverse a abrir los ojos, movió las manos y palpó su cuerpo, comprobando que no había tenido ningún accidente y que al parecer no se encontraba en ningún hospital. Con gran esfuerzo empezó a intentar recordar lo que había hecho después de salir de su trabajo. Al fin su mente le devolvió una idea muy clara ¡Creo que volví a casa en coche! ¿y entonces...el viaje en el metro?

Se esforzó en intentar abrir su ojos y al fin se abrieron, entonces descubrió donde se encontraba y de donde salían esas voces, estaba en la sala de su casa, tumbado en el sofá con un libro sobre su pecho.

¿Y las voces? ... ¡Eran de la televisión! él mismo había bajado el volumen para poder leer con más tranquilidad.

El calor sofocante y la lectura del libro que tenía sobre su pecho titulado” El Libro Infernal”, al quedarse dormido le habían producido esa terrible pesadilla.

LA AUTORA

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