jueves, 26 de septiembre de 2013

ENRIQUE


Ya hace 35 años que llegaste al mundo, a nuestro mundo porque el mundo es muy grande.

Tu padre y yo queríamos que nuestra familia aumentara y deseábamos con toda ilusión tener un hijo, ya sabes que estábamos visitando a un médico para saber por qué después de unos años no venía. Él fue el que en su propia consulta me hizo la prueba y allí nos enteramos que ya venías en camino.

Papá se emocionó mucho y yo  sentí algo muy especial, algo de lo que cada cinco minutos tenía que preguntarme si era verdad, si eso que sentía en mi pecho por esa noticia no sería un sueño, un sueño maravilloso de esos que quieres prolongar y no despertar nunca .

Recuerdo que al  mes siguiente volví al médico, pero esa vez no me pudo acompañar papá. Entonces la tecnología no estaba tan avanzada y cuando estaba yo tendida en la camilla el médico me puso unos electrodos por el vientre y  escuche el sonido más maravilloso de la naturaleza. Fue tu pequeño corazón, sonaba fuerte, muy fuerte y rápido y llenaba toda la sala, allí estabas tú, tu mi niño, tu demostrando cuanta vida había dentro de mí. No sé ni cómo me pude levantar de la camilla, deseaba todo el rato seguir escuchando el latido de ese pequeño corazón que ya siempre estaría dentro del mío.

Llegaste un martes 26 sobre las 5 de la tarde, te esperábamos con una ilusión que nunca, nunca, ni los mejores escritores o poetas con  las más bellas palabras podrían describir

 Por qué ¿Cómo se describe una bella sensación que se apodera de todo tu cuerpo y que te eleva por encima de todo y todos? Como se describe ese amor que cuando aún  no te había visto, ya te reconocía y mi corazón latía a un ritmo frenético pensando en ti.

Como se describe la inmensa ansiedad por verte,  por abrir mis brazos y no dejar nunca que tú salieras de ellos,  por sentirte, por acariciarte, protegerte , incluso dando mi vida, por comprobar que nacías bien ,que ningún mal te aquejaba, y sobre todas las cosas , así,  en mi regazo ,entregarte mi amor, un amor definitivo, total, sin ningún interés, solo amor…amor para siempre , incondicional, en todo tiempo y espacio, a toda hora, sin prestación, amor las veinticuatro horas del día y durante lo que me alcance la vida y más allá.

Como explicar ¿con que palabras? La sensación que sentí cuando recién salido de mí te pusieron sobre mi pecho desnudo y tu piel aún con restos del parto rozó mi cuerpo y tu corazón sonaba al unísono al mío. Solo soy una madre y por supuesto que no tengo las palabras para describirlo, mi emoción fue tan grande que las lágrimas de alegría y emoción  fueron la primera manifestación de esa sensación mágica que solo se siente cuando  recibes a tu hijo y te fundes con él.

Como hablarte de la primera vez que te tuve en mis brazos porque tú reclamabas tu derecho a ser alimentado y el alimento estaba en mis pechos. Eso no tiene parangón, ya sé que he repetido muchas veces que es imposible describirlo, pero el dar de mamar a tu hijo, el nutrirle con tu propio cuerpo lo que hace es que haya una comunión especial entre madre e hijo, es sublime.

Ya han partido varias de las personas queridas que estaban esperándote en la habitación de la clínica, ellos también te esperaban ilusionados, tu padre, un ser maravilloso, tu abuela Carmen, tu tía Marisol, ellos no están ya aquí para sentir la felicidad que siento yo ahora al poder estar contigo, besarte y abrazarte, espero que ellos desde donde estén puedan ver también esa felicidad .Porque ahora tú también vas a ser padre y todavía sin nacer tu hijo empiezas  sentir las mismas cosas que yo sentí.

¿Verdad que esas emociones son tan fuertes, tan maravillosas y tan mágicas que no se pueden explicar? Son sentimientos y por esos hay que sentirlos, que vivirlos, no se pueden explicar, por mucho que lo intentes.

Deseo que esta felicidad que ahora tú sientes te dure siempre, que tu corazón sepa llevar al de tu hijo ese inmenso amor que nunca desaparecerá de ti y que tu hijo te corresponda de la misma manera.

¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS¡¡

LA AUTORA

LA AUTORA