martes, 19 de enero de 2010

UN MUERTO MUY VIVO


Todos conocemos que la ambición es uno de los motivos de la mayoría de los asesinatos. La codicia por poseer lo que otro tiene, ya sea, sus bienes, cónyuge o puesto de trabajo lleva a muchas personas sin ningún escrúpulo a matar a otra.
Cualquiera que haya leído, prensa, libros, relatos o simplemente se haya sentado en una butaca de cine, en el transcurso de su vida habrá visto cientos de asesinatos por envenenamiento, arma blanca, pistola, simulación de accidente o miles de formas a cual más sofísticadas
Pero vamos a descubrir otra forma de hacerse con lo que uno ambiciona sin necesidad de matar al que posee lo que se desea.
Nos vamos a trasladar a Uttar, al norte de la India, región poblada por casi por cien millones de habitantes. Allí la corrupción esta instalada y todo se compra y se vende, todo tiene un precio. Cualquier funcionario por unos pocos dolares se venderá y procurara conseguir cualquier cosa que se pueda comprar con dinero.
A Kafir, se le podía considerar una persona casi acomodada, poseía varias posesiones esencial mente eran terrenos y plantaciones de donde sacaba para el sustento de la familia, también después de muchos años poseía un deposito en dinero en un banco del que hacía tiempo que no hacía uso.
Después de unos años de malas cosechas se vio acuciado a sacar del banco el dinero que tenia en depósito ya que lo tendría que usar para dejar algunos terrenos en barbecho y la compras de nuevas semillas y artículos fitosanitarios para mejorar las próxima cosechas.
Kafir viajo hacía la ciudad, su vida transcurría siempre en el campo, allí junto a su numerosa familia los días pasaban tranquilos, por eso no era habitual que él saliera de su hacienda. Tenia todo lo que podía necesitar, trabajo, sustento y amor.
A no ser por la necesidad del dinero, hubieran pasado bastante tiempo para decidirse a viajar.
Una vez en la gran ciudad se personó en el banco, hacía años que no iba por allí.
Un empleado le atendió amablemente y le pidió que se identificara. El sacó un documento identificativo y lo entregó.
Al poco el empleado del banco se acerco hacía él, no venia solo, lo acompañaba otro hombre que se presentó como el director.
- Lo sentimos mucho señor no poder acceder a su petición, porque la persona de la identificación que usted nos ha dado figura legalmente como muerta.
-¡ Pero tiene que ser un error! Yo estoy aquí ¡ No estoy muerto!
-Nosotros no podemos hacer nada. Lo tendrá que arreglar con las autoridades.
Kafir se llevo todavía un rato discutiendo con los dos hombres, pero nada se podía hacer, le habián dado por muerto y comprendió que perdiendo el tiempo en el banco no conseguiría nada.
Ese mismo día comenzó una enorme odisea para Kafir. Estaba legalmente muerto.
Un familiar ambicionando sus tierras había sobornado a funcionarios para darle por muerto.
Todos sabemos como funciona la burocracia ( podríamos decir mejor, como no funciona) pasaron años de pesadilla, descubrió que su caso no era el único. Al parecer es habitual en la India.
Es más fácil sobornar a un funcionario y evitar así los problemas con la justicia, que podrían acarrear el asesinato, obteniendo así todos los bienes del supuesto muerto.
Kafir comprendiendo que la burocracia no se pronunciaba, procuro que su caso se diera a conocer, acudió a los medios de comunicación, contó su caso y otros de los que tenía noticias.
Organizó un gran funeral a los que invitó por medio de la prensa a todos lo que quisieran ir y ver al muerto muy vivo.
Pidió una pensión para su apenada "viuda".
Intento que le detuvieran para conseguir que las autoridades se pronunciaran sobre su caso.
Pero el tiempo pasaba y seguía "muerto". Llegó incluso a cambiarse el apellido firmando como "muerto"
Desesperado, para llamar la atención sobre su caso, se presentó a unas elecciones presidenciales.
Abrumado con tanta injusticia fundó una Asociación de Personas Muertas, quedando asombrado cuando la asociación llegó a a contar con 20.000 socios. Personas como él, pobres desgraciados a los que habían arrebatado sus bienes y su personalidad. No contaban para nada, no existían.
Después de 20 años de lucha, vejaciones y sufrimiento de él y su familia, Kafir al fin fue "resucitado".
Podemos decir de Kafir que fue un muerto con mucha vida.
Tened cuidado, ya no se necesita recurrir a una muerte cruenta, solo con un funcionario corrupto o simplemente inepto y la falta de juicio y sensibilidad de los que nos administran, junto con unas leyes incomprensibles y una justicia que demora por décadas las sentencias, todos podemos ser un día un muerto muy vivo.

1 comentario:

MARIA JESUS dijo...

vuelvo a ser repetitiba , me a gustado mucho, y de casos de esos he leido antes algo, asin son las cosas faciler de aser y difisiles de deshaser.

LA AUTORA

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