jueves, 3 de febrero de 2011

SOLO AMOR

Sufrió todos los tormentos que un ser humano podía soportar, y su razón empezaba a fallar. A su familia la embargaba una intensa preocupación por su salud y él ya no los visitaba, no necesitaba ni podía soportar los consejos y recomendaciones que se atrevían a darle.Y así en la lejanía se encontraba más tranquilo. Ya nadie trataría de manejar su vida.
También había abandonado a sus amigos, no los necesitaba, no sentía la necesidad de una charla amena, tampoco necesitaba apoyarse en un hombro amigo y soltar la amargura que su corazón llevaba dentro. No le comprendían, nadie le comprendía. Todos creían que había perdido la razón y le habían dejado solo. ¡Mejor!

Para amar, hay que estar ciego, entregarse completamente, en cuerpo y alma..

No ver nada, no oír nada, no razonar, no comprender, adorar los defectos y debilidades del otro, estar dispuesto a renunciar a todo juicio, a toda razón, a toda reflexión, a toda perspicacia, a familia, a los amigos.

Solos los dos, fundidos en uno, solo un cuerpo y solo un alma.

Todo lo demás es superfluo, anodino, nada es sublime cuando se compara con el amor. El amor llena, el amor es pleno, te introduce en un mundo creado solo para el goce y la felicidad, pero cuando te invade totalmente, te invalida para todo lo demás.

Por eso, solo los dos, sin familia, sin amigos, con un mundo hecho por y para ellos, a la medida, perfecto.

Largos días soleados, cogidos de la mano en prolongados paseos por paisajes de vegetación exuberante , una agradable brisa ligeramente perfumada meciendo suavemente su ropas y cabellos. Sin prisa, como si todo en el mundo se hubiera parado para que los amantes disfrutaran plenamente de una felicidad que solo para ellos se hubiera inventado. Noches cálidas junto a las aguas brillantes del hermoso lago de aguas dóciles y profundas.

Y allí, mientras los ligeros rumores de la noche los embargaban, culminar su amor bajo la luz de la luna, embriagados, sellando la alianza con una pura unión de sus cuerpos.

Por amor había renunciado a todo, sufrido, tachado de loco, y abandonado por todos.
Pero ... ¿ Donde estaba su amada ? ¿Por qué no sentía latir su corazón junto al suyo? ¿Por qué no sentía su suave y tierno cuerpo junto a él? ¿ Donde se encontraba ella?
Aquella habitación extraña le asustaba. Blanca, con paredes acolchadas y barrotes en la ventana, no se parecía al mundo maravilloso que compartía con su amor.


Entonces comprendio... Un alarido salvaje y estremecedor salió desde sus entrañas. Era su amarga llamada a aquella imaginaria y maravillosa compañera por quien había renunciado a todo.



1 comentario:

MARIA JESUS dijo...

Me ha gustado mucho Carmen , que lastima tener que estar loco para querer asin, un besito.

LA AUTORA

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