jueves, 14 de abril de 2011

VENCER AL DESTINO

Virginia fue una niña distinta a las demás, cuando llegó a este mundo no venia sola, fatalmente le acompañaba una terrible enfermedad que durante su vida la acompañaría y que hizo de ella una niña diferente a las demás - Doctor, hoy no me han traído a mi niña, estamos preocupados ¿Le pasa algo a mi hija? - Todavía es pronto, nos hemos encontrado con algunos problemas al recibir los resultados de los análisis. - ¿Pero cuáles son esos problemas? Por favor díganos algo. - Sospechamos que puede ser los riñones, no se preocupen pronto tendremos todas las pruebas y les podremos dar un diagnostico. El médico les hizo un gesto amable tratando de infundirles tranquilidad. Cuando el doctor salió Mercedes y Antonio sintieron un dolor inmenso, hacía dos días que nació su hija y nunca hasta entonces pensaron que se podía ser tan feliz, y ahora lo que más querían lo podrían perder. Después de unos días en el Hospital el diagnostico no pudo ser más cruel. La niña había nacido con un mal congénito en los riñones que le afectaría al corazón y que sería difícil que su vida se alargara más de la adolescencia. Nunca pudo hacer lo que sus amigas y compañeras de colegio; sus ingresos en los hospitales la hurtaron los juegos de la infancia, por ese motivo su niñez no fue lo feliz que sus padres y ella misma hubieran deseado. Correr, saltar, gimnasia, excursiones y mil cosas sencillas que nunca pudo hacer pero que no le borraron la sonrisa. No obstante su buen carácter nunca fallo, siempre animosa suplía su falta de salud con un gran tesón y en el colegio hizo que su enfermedad no la dejara atrás en sus estudios , sus problemas nefríticos eran graves, pero ella tenía confianza en que podría llevar una vida normal y en eso se esforzaba día a día. Desde niña tenía un sueño deseaba más que nada ser madre. Ni sus propios padres soñaron en que llegaría a ser una preciosa muchacha y que un día llegaría con los ojos brillantes de felicidad por el amor que se profesaba con un estupendo muchacho. Cuando exaltada les comunicó que Fernando le había pedido que se casaran, sus padres no se sintieron felices, pensaron que nadie la cuidaría como ellos y que el matrimonio podía empeorar su salud. Pero ella los tranquilizó diciéndoles que para ella no había mejor medicina que el amor y la compañía de él. - No os sintáis tristes, desde que nací nunca pensamos que llegaría hasta aquí, quiero seguir viviendo una vida normal y mi propósito es conseguir ser madre. Jamás antes se había atrevido a comentarselo -Hija eso será tu muerte! Familiares y amigos de Fernando quisieron quitarle la idea de la boda, se le acercaron para decirle que si sabía lo que hacía, que se casaba con una enferma y su vida sería un infierno, siempre con la enfermedad presente para después truncar prematuramente la vida de ella como los médicos vaticinaban. Para él nada de eso tenía importancia si conseguía vivir junto a ella, tomarla de la mano pasear juntos, vivir el día a día, sentir su pulso revolucionado solo con percibir su olor, dormir juntos y acoplar sus cuerpos, con tan solo eso ya él sería feliz. Desde el mismo día de la boda Virginia trato de quedarse embarazada Los médicos se lo desaconsejaban, decían que ya había tenido mucha fortuna en llegar hasta aquí y que ser madre podía significar su muerte, pero para ella era tan grande el deseo de traer un hijo al mundo que sabía que podia variar su destino Despuéss de nueve meses de sufrimientos por su salud y la del bebe, llego el día que cambiaría su vida para siempre. Su hija nació, y perdonó y olvidó a todos los que no habían creído en que ese día llegaría. Trayendo a su hija al mundo había conseguido casi vencer a su destino. Hasta hoy ella le había podido y en el futuro también lo haría. Miró aquella criatura que era fruto del amor, del tesón y de la ilusión -La pondremos de nombre Alba, como su piel tan blanca . Hoy sería la mujer más feliz del mundo Fernando abrió una botella de Champán y brindaron por un futuro que ahora presentían que sería muy largo. -¡Os quiero! Dijo Fernando abrazando a sus dos tesoros.

1 comentario:

MARIA JESUS dijo...

Muy bonito Carmen y son historias que pasan de verdad. Un beso.

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LA AUTORA

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