viernes, 28 de agosto de 2015

LA RANITA AVENTURERA


La ranita Dorotea se encontraba sobre una gran piedra que sobresalía del torrente del arroyuelo que por allí pasaba, Dorotea estaba aburrida... todo el día lo pasaba saltando de piedra en piedra croando y esperando que ingenuos insectos estuvieran a su alcance para llenar su tripita.

 Ella quería una vida mas divertida, su amigo el arroyuelo que hasta llegar a donde ella se encontraba, pasaba por muchos lugares, le había contado muchas cosas que en su transcurso había visto y  Dorotea pensaba que por eso él siempre estaba alegre,y aún siendo un pequeño arroyo... saltaba por encima de las piedras como si fuera un gran río caudaloso con brío, sonoro y cantarín...,mientras, ella soñaba llegar un día a ser  tan feliz como su amigo.


El día era esplendido y su tranquilidad se vio interrumpida por voces de excursionistas, algunas de esas voces se alejaron, pero una joven pareja con un bebe en sus brazos se acercaron al arroyo y entre risas y caricias sentaron al bebe cerca de su agua.
El pequeño reía y balbuceaba alegre y no paraba de emitir palabras ininteligibles para los demás, pero eso al él no parecía importarle, pues seguía con su alegre charla, miraba a su alrededor y  quería coger todo lo que se hallaba a su alcance. Dorotea le observaba, y disimuladamente saltaba hacía la piedra más cercana al bebe. Quería escuchar lo que niño decía, ya que que parecía divertido por lo feliz que se le veía, el niño reparó en Dorotea y extendió su brazo para darle alcance, pero su pequeño cuerpo fue a dar de bruces sobre el agua encima de Dorotea.
Dorotea sintió que le aplastaban e intento dar un salto pero no pudo, el bebe estaba encima de ella y ella no podía escapar saltando.
Los padres del niño corrieron a socorrer al pequeño, lo levantaron y con él también a Dorotea, la ranita solo pudo dar un pequeño salto e introducirse por el cuello dentro de la ropa del niño, al hacerlo sintió la piel tibia y suave del bebe, se sintió muy bien, pero el pequeño al sentir a la intrusa empezó a retorcerse y a reír,sentía muchas cosquillas con los movimientos de la ranita.

Sentaron al pequeño en su sillita dentro del coche y este arranco, llevando de pasajero a  Dorotea.
Así comenzó el viaje que tanto había soñado, Al principio se sintió mareada y sofocada, nunca había subido a un coche y además le faltaba el frescor del agua corriendo por su cuerpo, pero la tibieza de la fina piel del bebé la hacía sentir bien,

Dorotea no se atrevía a moverse ya que un ligero movimiento de ella provocaba cosquillas y el niño soltaba grandes carcajadas y movimientos bruscos que a los papas podía hacerlos sospechar de que algo raro pasaba.
Por fin después de un trayecto que a Dorotea se le hizo muy largo llegaron a una pequeña casita con un jardín lleno de plantas y césped, todo esto la ranita lo vio por una pequeña rendija de la ropa del pequeñin.
El papá se acercó al niño y lo saco de su sillita y tanto lo abrazó y beso que Dorotea pensó que iba a morir aplastada.
Llegaron a casa
-Ahora mismo me llevo al niño al baño, esta muy sucio y tiene que cenar
-Vale mientras preparo la cena
El papá llevo al bebé al baño y empezó a desnudarle, Dorotea metida entre sus ropas procuraba no moverse mucho y escapar entre las ropas que el papá iba despojando a su niño,
De un salto huyó hasta el agua de la bañera y  buscó el amparo entre  muñecos que ya flotaban allí.
-Al agua patos -dijo papá
El niño una vez en el agua cogió los juguetes para  jugar con ellos. Cuando le tocó el turno a Dorotea, sintió como la alzaban por el aire dándole volteretas para luego caer en picado en el agua.

El bebé reía y buscaba por el fondo a Dorotea y una y otra vez repetía lo mismo

Dorotea ya empezaba a marearse cuando por fin el papá sacó al niño del agua y la rana quedó a la expectativa de qué haría más tarde. La ocasión se presento cuando el papá se descuidó buscando la colonia ,  de un salto volvió a meterse entre las ropas del bebé. Este al notar en su cuerpo a la ranita empezó a reír, sentía cosquillas, pero pronto Dorotea consiguió quedar completamente quieta y el niño aún cuando sentía el cuerpo frío del animalito, no volvió a moverse
- Ahora a dormir
El papá llevo al niño a la cunita y allí le dejó después de hablarle con dulces palabras y estrujarle entre sus brazos.
Dorotea comprendió que ya no corría peligro y salió de  entre las ropas del niño, pero este la cogió y al momento se quedo dormido agarrado a Dorotea.


Los días fueron pasando y el niño y Dorotea eran inseparables, esto a la ranita la hacia disfrutar mucho pero también se sentía nerviosa alternando sus momentos de inmovilidad absoluta para no ser descubierta con los juegos de su nuevo amigo.Tuvo que aprender meditación transcendental y así poder llevar su doble vida.

Cada día para ella era una aventura, saliendo en coche, y viendo el mundo que tanto había añorado conocer cuanto se encontraba en su piedra sobre el río. Siempre escondida entre las ropas de su amigo y siempre acompañando a la familia.



El el niño nunca se separaba de ella, la llevaba a todos lados, siempre juntos y aunque por su edad se supone que no podía comprender a Dorotea  tan variable unas veces tan divertida con sus saltos y otras inmóvil junto a los demás juguetes, parecía saber que él debía ayudar a la rana para que sus papás no la separaran de él.




Y así Dorotea encontró un amigo, ya no estaba sola y podía compartir todas las horas del día y luego de noche dormir acurrucada junto a él sintiendo el suave roce de su mano.




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LA AUTORA

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