viernes, 15 de octubre de 2010

LA ANCIANA DEL BASTÓN


La anciana apoyada en su bastón, se presentó en la casa de la mujer que le
Había salvado la vida.
Sus muchos años y achaques le daban un aspecto tétrico y lastimero
- No crea que vengo a darle las gracias por haberme salvado, dijo la anciana con voz áspera y severa.
Laura estupefacta miro a la señora y niega con la cabeza.
-Perdón pero no se de que me habla.
-Por supuesto que sí, usted con un fuerte empujón me retiró de la calzada y evito que un borracho al volante de un coche, acabara con mi vida .Eso hizo cambiar mi destino.
-Señora, le repito que jamás la he visto en mi vida.



Blandiendo el bastón amenazante hacia Laura un torrente de palabras salió de su boca.
-Es usted una entremetida, me ha alargado la agonía que padezco, me ha prolongado esta vida que aborrezco, me ha condenado a sufrir más de lo que nunca usted pueda imaginar. ¡La maldigo!. Usted no es nadie para cambiar mi destino y la deseo que sufra una agonía tan larga, como la que me ha procurado a mí.

Su rostro se descompuso en una mueca terminando en un triste sollozo, su débil cuerpo se convulsiono y amenazantemente se paro frente a Laura y enjugando sus lágrimas volvió a repetir ¡La maldigo!



Laura quedó conmocionada esa anciana debía estar loca.



Es noche cerrada, asustada y sudorosa Laura despierta con el corazón acelerado.. Comprende que aquella escena no es real y suspira aliviada. ¡Maldita pesadilla!



Suena el despertador, Laura salta de la cama y todavía angustiada hasta su mente vuelve una y otra vez la pesadilla y la maldición de la anciana
Se viste y sale apresuradamente hacía su trabajo.
Va a cruzar la calle, cuando aterrorizada, ve un coche descontrolado que se dirige hacía una anciana con bastón que cruza la calle lentamente.
Laura ya empezada a correr hacía la anciana cuando bruscamente se para y en un segundo se percata de que ella no es nadie para cambiar el destino.



Un ruido ensordecedor y las voces de horror de otros transeúntes llegan hasta ella.

1 comentario:

MARIA JESUS dijo...

A eso le llaman premonición, que lastima que alguien no me dijera, señora no baje por esa cuesta. Un besito

LA AUTORA

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