lunes, 2 de mayo de 2011

EL RIO



Soy muy alegre y cantarín, soy siempre joven, nunca permanezco, fluyo y nunca vuelvo hacia atrás. Nací en las altas cumbres nevadas como un pequeño manantial y a mi paso otros se van uniendo a mí haciéndome más grande y poderoso. En mi camino hacia el valle doy grandes saltos produciendo cascadas impresionantes que asombran a mucho., Camino durante muchos kilómetros y por donde paso surge la vida y todo se llena de flores y plantas, la tierra antes seca se vuelve verde y los animales se acercan a beber de mis frescas aguas.
También en mis aguas viven muchos de ellos, peces de diversos colores, pequeñas culebritas de aguas, gusarapas, canutillos, cangrejos, pero quizás el habitante más descarado sea las ranitas verdes, algunas veces entre croar y croar se dirigen a mí y me reprochan.

-Rio. tendrías que tener más en cuenta a los que vivimos aquí.
-¿Cómo dices, no te entiendo?
-Pues que no tienes en cuenta mis necesidades
-¿Y cuáles son esas?
- A mí me gusta sentarme en una piedra entre el agua y con mi hermosa voz cantar y cantar hasta atraer hasta a mí a los sapitos más fuertes y hermosos.
-¿Y con eso que tengo yo que ver?
-Pues que tu caudal algunas veces sumerge las piedras y tengo que dejar mi canto y buscar muy lejos otra desde no se oye mi armonioso croar. Yo te culpo de que las ranitas y sapos no nos podamos reproducir.
-Estas equivocada, yo pienso más bien que tienes una voz horrible y los sapitos huyen de ti.

La rana enfadada saltando y croando sacó su larga lengua y en un visto o no visto se tragó a un incauto insecto que pasaba por allí. Luego ya no volví a verla más ya que se mimetizo en los carrizales del rio.
Cuando después de recorrer grandes distancias desde la montaña llego al valle, riego sus fértiles tierras y los campesinos siembran.
Sus cosechas las recolectan cada temporada llenando sus graneros y celebrando grandes fiestas.
Pero estos tampoco están contentos conmigo.

-Rio, has anegado nuestras tierras y nuestros hogares. Nos has dejado sin techo y sin pan para nuestras familias.
-¡Alto ahí! Llevo siglos siendo vuestro amigo, regando vuestras huertas y aportando el agua para vosotros y vuestros animales. Vosotros debíais de escuchar mi voz cuando mi sonido no es relajante y calmoso, cuando desde las altas cumbres os dejo oír como aumenta mi caudal y os prevengo de mi furia.
-Si pero cada año por primavera te desbordas y eres la desgracia de todos nosotros; cosechas, animales y algunos de nosotros perecemos, porque tú te haces dueño de nuestras tierras y las inundas como si fueran tuyas.
-Comprender que la culpa no es mía, es del deshielo y las intensas lluvias de estos días. Aprender de ello y no cultivar ni hacer vuestros hogares en lugares donde me pertenecen.

Siento que todos me tengan por culpable yo soy alegre y me gusta que por ahí por donde paso surja la vida en todo lo que me rodea, que los pájaros revoloteen y beban de mis aguas, que todos los animales se acerquen a mí y sacien su sed.
Hoy me siento triste, creo que no me merezco los reproches, la naturaleza me hizo así, y los hombre y los animales después de tanto tiempo junto a mí, deberían conocerme y disfrutar cuando paso lento y calmado, cuando más rápido salto alegre entre las irregularidades de mi camino, cuando baño suavemente sus campos, pero también debería temerme y guardarse de mí cuando mi furia se descontrola.
Las muchachas de los pueblos todos los días andan largos caminos con sus cestos llenos de ropas para llegar hasta mí y charlando y riendo pasan las horas lavándolas. Al terminar algunas se atreven a introducirse en mis aguas y yo disfruto rodeándolas, acariciando, y refrescando sus jóvenes cuerpos.

-Rio, todos los días vengo a lavar la ropa, pero también quisiera que algún buen mozo de los que vienen a pescar a tus aguas o de los que jugando y riendo se bañan en ti se fijaran en lo buen moza que soy.

Esta conversación me la dicen hermosas y lozanas muchachas mientras se contemplan complacidas en el espejo de mis aguas.
Después vuelvo a escuchar sus risas y cantos mientras regresan a sus casas con sus ropas y cuerpos limpios. acompañadas a veces de algunos muchachos del pueblo.
También tengo grandes amigos que llegan hasta mi orilla, son pescadores y pasan largas horas tirando su caña y con gran paciencia esperan a que algún pez pique, algunas veces los peces parecen burlarse de ellos y hay alguno que hasta ha pescado un viejo zapato y se ha ido a casa sin nada en su cesto. Son muy listos estos habitantes de mis aguas.

Cuando abandono el valle, discurro por pequeños y grandes pueblos donde el hombre ha construido bellos puente de piedra que me atraviesan. Algunos son tan antiguos y bellos que yo al pasar sosiego mi andadura para poder contemplar tanta belleza.
A mi paso por grandes y bulliciosas ciudades llenas de gentes no me siento cómodo, me han encajonado entre grandes paredes y parece que me han construido una cárcel solo para mí, pero también allí se acercan algunas personas buscando un poco de fresco y tranquilidad en
mis orillas.
Ya pronto llegaré a la meta que es unirme en un hermoso delta con el mar, sabiendo que ahora mismo estoy naciendo nuevamente en las altas y nevada montañas.

-¡No…N0! ¿Qué hace esa linda muchacha? ¡No te tires son aguas muy profundas puedes morir! ,¡ te sacaré… ¡aguanta!
-¡Tres veces la he sacado, ya no puedo más! .No quería vivir.

Ahora cargo con su joven y bello cuerpo corriente abajo, su larga y espesa melena de pelo negro extendida y enredándose en cada recodo del camino, su frágil cuerpo recibiendo los envites de piedras y malezas. En mi recorrido esto es lo más terrible, arrastrar a mi paso gentes que desesperadas o desprevenidas pierden la vida en mis aguas.

Naci, vivaz, alegre e impetuoso, pero por el camino además de crear vida también he hecho sufrir y he perdido mi ímpetu. Ahora en este hermoso delta me uniré con el mar depositando en él a la hermosa y desdichada muchacha. Ya he llegado a mi fin, pero sabiendo que ahora mismo estoy naciendo nuevamente en las altas y nevadas montañas

1 comentario:

MARIA JESUS dijo...

Mui bonito Carmen me ha gustado mucho, un besito

LA AUTORA

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