viernes, 4 de octubre de 2013

UN BUEN VINO

Celia Ordoñez era una mujer aún bella contaba con 47 años pero los muchos cuidados que se procuraba la mantenían con aspecto joven y elegante. Era la orgullosa dueña de aquel prestigioso y carísimo restaurante Cuando su marido falleció hacía 5 años. Además de viuda la dejó una inmensa fortuna. Entre los muchos negocios estaba el restaurante, este económicamente no era muy floreciente ya que los grandes gastos que el maître no controlaba superaban a los ingresos, pese a tener reservas con antelación que se acercaban al año, su nombre era Augusto Fernalli y era un imbécil, pronto le ajustaría las cuentas.

Pero a Celia eso no le importaba, las pérdidas no eran muchas y el prestigio y codearse con las muchas personalidades que por allí pasaban le compensaban.


Hoy se la veía taciturna, entró y en contra de su costumbre no se paro a saludar a los comensales. Su hombros caídos y los ojos erráticos, sus andares lánguidos y una cierta actitud sombría, no dejaban ver a Cecilia en un buen momento,

Abrió la puerta de su despacho y entró, fue directa a la caja fuerte, introdujo la clave y sacó varias carpetas, las puso encima de la mesa y se sentó. Apartó algunas y centró su atención en una con la tapa verde. Así estuvo largo tiempo escrutando los papeles de la carpeta, luego encendió el ordenador y esperó a poder meter la clave para acceder a los datos que contenía. Suspiró airada y luego uno a  uno contrastó los datos de la carpeta con los que le ofrecía el ordenador. Deberían ser los mismos, pero no concordaban. Aquella carpeta le había sido entregada el día anterior por una empresa de detectives que ella misma había  contratado. Hacía tiempo que venia sospechando que las cuentas de sus negocios que le presentaban no le parecían correctas, ella no entendía de negocios y por eso tenia un administrador en cuyas manos dejó el manejo de todo. Pero allí tenia la constatación de sus sospechas.

Encendió un cigarrillo y sus ojos siguieron distraídamente  las figuras del humo mientras su cerebro procesaba a toda velocidad la información que tenía en sus manos.
Para ella no suponía gran cosa el dinero defalcado por el imbécil de su administrador, pero no consentiría de ningún modo que un don nadie la hubiese tomado por tonta, se lo haría pagar.

Augusto Fernalli, era profundamente ambicioso y orgulloso, se consideraba el mejor maître del mundo, pero no se sentía valorado, pasaba muchas horas en aquella cocina elaborando platos que el creía eran perfectos y pese a que el restaurante se llenaba todos los días y siempre recibía alabanzas de los comensales  no avanzaba ni en lo económico ni en la categoría profesional que le era reconocida a otros colegas. Esto se lo debía a la bruja de Celia.
Salió de la cocina agobiado y como era su costumbre se sirvió una copa de vino, por supuesto del mejor Chateu Villard Rouge, saboreó aquel delicioso vino y pensó que era digno de acompañar a sus platos. Odiaba profundamente a Celia.

Sergio Aldana era el administrador de los bienes de Celia desde la muerte de su esposo, se le podía ver por el restaurante a donde acudía cada día a reunirse con la Sra. Ordoñez, allí le daba cuentas de como iban los negocios y aprovechaba para comer las deliciosas recetas de Augusto  sin tener que pagar el carísimo importe de la factura.

Celia le vio sentado esperando que le sirvieran y se a cercó a él.

-Sergio por favor, come hoy conmigo en mi mesa, quiero que hablemos. Espérame un minuto voy a buscar un vino especial y enseguida vuelvo.

En la cocina  Augusto no podía más su inquina no le dejaba vivir, desde hacia tiempo tenia un plan y no pasaría de hoy que lo pusiera en ejecución. Bajó a la bodega y retirando unas cuantas botellas de finísimos y carísimos vinos cogió una preparada por él de Chateu Villard Rouge, era chocante pero en cuestión de vinos la bruja tenia sus mismos gustos, subió rápido escondiendo entre sus ropas la botella y buscó ávidamente la comanda de la mesa de Celia.. Allí el sumiller tenia preparada una botella del mismo vino, comprobó que era de la misma añada, la cogió y en su lugar puso la que llevaba él. Cuando se retiró sudaba y la cabeza le daba vuelta, pero ya estaba hecho, pronto la bruja de Celia no le despreciaría más.

El sumiller se acercó a la mesa de Celia y sorprendido vio que allí solo esta sentado el administrador, al no estar la señora descorchó la botella olio el corcho y lo dejo reposando dentro de la cubeta, por nada del mundo se le habría ocurrido escanciar el vino sin que doña Celia estuviera presente. Pero el administrador no le dejo retirarse
.
-Por favor mientras viene doña Celia sírvame una copa, estoy seco.
-Pero señor, esto no lo puedo hacer
-Sergio alargó el brazo hasta donde estaba la botella y sin más se sirvió una copa.

El sumiller espantado cogió la botella y salió apresuradamente hacía la cocina, si doña Celia se entera de que se ha servido vino en su mesa no estando ella me despide. Cuando llegó a donde Augusto solía salir a tomar su copa de vino, allí la dejo. Así nadie se dará cuenta ya que es de la misma marca y año de la que toma Augusto.

El servicio de comidas estaba en todo su apogeo, pero Augusto no podía más, salió a mirar la mesa de Celia y vio que allí solo estaba el administrador, el cual en ese momento alzaba una copa de vino tinto y se la llevaba a la boca. Asustado retrocedió un poco y alcanzando la botella del vino que siempre tomaba buscó una copa y tomó ávidamente su contenido para evitar caer al suelo ya que sus piernas no querían sostenerle.

A Celia le llevó más tiempo del que pensó introducir por el corcho el veneno que llevaba preparado en una jeringuilla. Por fin terminó, recogió todo, la jeringuilla, un trapo y los guantes y los metió en un pequeño contenedor el cual puso en una recóndita estantería, ya volvería más tarde a por ello. No corría prisa, allí había más de doce mil botellas y buscar algo no sabiendo donde está era como buscar una aguja en un pajar.

Cuando subía las escaleras con la botella escondida en su gran bolso, escucho grandes gritos de alarma, al llegar al comedor vio como gente se arremolinaba alrededor de su mesa y gritaban espantados, otros salían apresuradamente del restaurante.

El jefe de cocina y el sumiller

vinieron con cara de espanto apresuradamente a su encuentro.

-Señora. señora.. el sr. Aldana, ha caído sobre su mesa y creemos que está muerto, alguien ha dicho que envenenado.

Celia se acercó y puso sus dedos sobre la carótida, comprobó que no latía.

-Que alguien llame a la policía, rápido.

Nuevos gritos, ahora desde la cocina llamaron la atención de Celia,

-Dios mío, Dios mío! Augusto esta muerto! parece que envenenado.

Celia metió la mano en su bolso y tocó la botella preparada por ella, no comprendía nada, ¿Qué había ocurrido mientras ella estaba en la bodega?

Suspiró aliviada, ella no era culpable, pero allí estaban las dos personas que más odiaba y en un momento habían pasado a mejor vida sin que ella hubiera participado en sus muertes

 ¿Quién habría sido el asesino?

jueves, 26 de septiembre de 2013

ENRIQUE


Ya hace 35 años que llegaste al mundo, a nuestro mundo porque el mundo es muy grande.

Tu padre y yo queríamos que nuestra familia aumentara y deseábamos con toda ilusión tener un hijo, ya sabes que estábamos visitando a un médico para saber por qué después de unos años no venía. Él fue el que en su propia consulta me hizo la prueba y allí nos enteramos que ya venías en camino.

Papá se emocionó mucho y yo  sentí algo muy especial, algo de lo que cada cinco minutos tenía que preguntarme si era verdad, si eso que sentía en mi pecho por esa noticia no sería un sueño, un sueño maravilloso de esos que quieres prolongar y no despertar nunca .

Recuerdo que al  mes siguiente volví al médico, pero esa vez no me pudo acompañar papá. Entonces la tecnología no estaba tan avanzada y cuando estaba yo tendida en la camilla el médico me puso unos electrodos por el vientre y  escuche el sonido más maravilloso de la naturaleza. Fue tu pequeño corazón, sonaba fuerte, muy fuerte y rápido y llenaba toda la sala, allí estabas tú, tu mi niño, tu demostrando cuanta vida había dentro de mí. No sé ni cómo me pude levantar de la camilla, deseaba todo el rato seguir escuchando el latido de ese pequeño corazón que ya siempre estaría dentro del mío.

Llegaste un martes 26 sobre las 5 de la tarde, te esperábamos con una ilusión que nunca, nunca, ni los mejores escritores o poetas con  las más bellas palabras podrían describir

 Por qué ¿Cómo se describe una bella sensación que se apodera de todo tu cuerpo y que te eleva por encima de todo y todos? Como se describe ese amor que cuando aún  no te había visto, ya te reconocía y mi corazón latía a un ritmo frenético pensando en ti.

Como se describe la inmensa ansiedad por verte,  por abrir mis brazos y no dejar nunca que tú salieras de ellos,  por sentirte, por acariciarte, protegerte , incluso dando mi vida, por comprobar que nacías bien ,que ningún mal te aquejaba, y sobre todas las cosas , así,  en mi regazo ,entregarte mi amor, un amor definitivo, total, sin ningún interés, solo amor…amor para siempre , incondicional, en todo tiempo y espacio, a toda hora, sin prestación, amor las veinticuatro horas del día y durante lo que me alcance la vida y más allá.

Como explicar ¿con que palabras? La sensación que sentí cuando recién salido de mí te pusieron sobre mi pecho desnudo y tu piel aún con restos del parto rozó mi cuerpo y tu corazón sonaba al unísono al mío. Solo soy una madre y por supuesto que no tengo las palabras para describirlo, mi emoción fue tan grande que las lágrimas de alegría y emoción  fueron la primera manifestación de esa sensación mágica que solo se siente cuando  recibes a tu hijo y te fundes con él.

Como hablarte de la primera vez que te tuve en mis brazos porque tú reclamabas tu derecho a ser alimentado y el alimento estaba en mis pechos. Eso no tiene parangón, ya sé que he repetido muchas veces que es imposible describirlo, pero el dar de mamar a tu hijo, el nutrirle con tu propio cuerpo lo que hace es que haya una comunión especial entre madre e hijo, es sublime.

Ya han partido varias de las personas queridas que estaban esperándote en la habitación de la clínica, ellos también te esperaban ilusionados, tu padre, un ser maravilloso, tu abuela Carmen, tu tía Marisol, ellos no están ya aquí para sentir la felicidad que siento yo ahora al poder estar contigo, besarte y abrazarte, espero que ellos desde donde estén puedan ver también esa felicidad .Porque ahora tú también vas a ser padre y todavía sin nacer tu hijo empiezas  sentir las mismas cosas que yo sentí.

¿Verdad que esas emociones son tan fuertes, tan maravillosas y tan mágicas que no se pueden explicar? Son sentimientos y por esos hay que sentirlos, que vivirlos, no se pueden explicar, por mucho que lo intentes.

Deseo que esta felicidad que ahora tú sientes te dure siempre, que tu corazón sepa llevar al de tu hijo ese inmenso amor que nunca desaparecerá de ti y que tu hijo te corresponda de la misma manera.

¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS¡¡

sábado, 18 de mayo de 2013

ENTRANDO EN EL PARAISO


Discurrían los últimos días del mes de Julio, la gran ciudad soportaba los días más calurosos del año y el bullicio y las aglomeraciones de gentes y coches empezaban a dar paso a una ciudad menos transitada, ya que los comercios y oficinas ya habían cerrado sus puertas y los habitantes de la ciudad se apresuraban  por llegar a sus casas después de una larga jornada de trabajo.

Así vista la ciudad no daba la sensación de agobio, prisas y contaminación de solo unas pocas horas antes.

El sol declinaba y ya las sombras empezaban a borrar las últimas luces del día, la calle solitaria desprendía de su asfalto un calor insoportable, la pareja que caminaba muy junta apresuró el paso ya que solo cruzando una gran avenida podían refugiarse de tanto calor en un gran parque donde les esperaban hermosos y centenarios árboles que harían que la temperatura  fuera más agradable y la intimidad les saldría al paso.

 Desde el lado donde se encontraban ya podían ver la gran puerta de hierro jalonada por remates dorados que como una gran garganta se iba tragando a las pocas personas que a esa hora se aventuraban a entrar por allí al inmenso parque, considerado el pulmón de la ciudad.

El muchacho se acercó un poco más a ella y con decisión la tomó de la mano y tirando suavemente la hizo correr junto a él  cruzando la calle en dirección a aquella inmensa puerta del parque.

Cuando llegaron al otro lado, ella se soltó rápidamente de la mano de él y en su mirada se veía un ligero reproche, porque se hubiera atrevido a cogerla de la mano.

Cuando entraron les recibió una gran avenida sorteada de grandes setos preciosamente recortado y a ambos lados  viejos y frondosos árboles y entre ellos y a lo largo de toda la avenida numerosas estatuas de antiguos reyes. Ese escenario parecía estar hecho precisamente para el decorado de una película.

Despacio fueron recorriendo la avenida y el muchacho otra vez tiró de la mano de ella y la hizo salir hacia un lado donde la oscuridad era ya profunda, allí se paró y acercó su boca al oído de ella y susurro unas palabras que eran lo que más deseaba desde días atrás  en que se habían conocido. Su joven  cuerpo latía muy fuerte  y su deseo era tan fuerte que le obligaba a rodear la cintura de ella y atraerla hacía él.

-Puedo darte un beso?  Y  como viera que ella quería desprenderse de su abrazo, volvió a susurrar al oído – Un beso… chiquitito…

Ella cerró los ojos y no pudiendo impedir la atracción que la llevaba hacía él,  esperó el también ansiado beso por ella.

Él suavemente la tomo con sus manos por su cuello y su cabello, primero acercó su cara al cabello y aspiró su aroma, rozándolo ligeramente con sus labios y luego los  unió  a los de ella, primero muy despacito y suavemente, para después hacerse  más ardiente. Y el beso se hizo intenso, largo, interminable, ya que sus labios se negaban a separarse.

Al fin sus labios se separaron y ella dijo con un hilo de voz -Dijiste chiquitito…

-¿Me disculpas?  Es que el primer beso es como entrar en el Paraíso y del  Paraíso nadie quiere salir.

La noche se hacía más oscura  por momentos y ya cogidos de la mano salieron del parque  con sus jóvenes cuerpos vibrando por la atracción del uno hacía el otro. Con ese primer beso, juntos, habían entrado en el Paraíso.

lunes, 29 de abril de 2013

TE ELEGIRÍA A TI








Era una tarde calurosa de finales de Junio, una muchacha rubia no muy alta y delgada  apartó una silla que la molestaba para poder acceder a la mesa donde la esperaban sus amigas, mesa junto a la pista de baile de una discoteca-jardín en el centro de una gran ciudad.

Mientras la muchacha se apuraba por llegar con sus  amigas no se apercibió que unos ojos verdes seguían sus movimientos con gran atención…se trataba de un joven de la misma  edad  de estatura mediana, delgado,  ligeramente musculoso,  de cara agradable y preciosos ojos que algunas veces eran verdes intensos y otras mutaban a miel con ligeros toques verdosos. El siguió mirando a la muchacha cuando se sentó en su silla y la admiró con la tranquilidad de no ser observado por nadie.

Todo lo que vio de ella le gustó, su cabello teñido era tan rubio que al sol parecía blanco, en contraste su piel estaba  muy broceada por el sol, su cara sin ser bella era muy agradable y sus   ojos no muy grandes  eran muy vivaces y expresivos.. . Bajó un poco su mirada y la fijó en el  vestido azul claro ligeramente ajustado con gran escote,  que dejaba ver parte del de los senos de la muchacha, estos eran firmes y turgentes y de justa medida. Por su espalda corrió un escalofrío y su joven cuerpo respondió a la llamada que recibía desde donde se encontraba ella.

En aquel mismo momento decidió que haría hasta lo imposible, para que ella llegara a ser suya.

La suerte estuvo de su parte, resuelto decidió sacarla a bailar, pero lo que no sabía es que ella no tenía ninguna gana de hacerlo, pero un fastidioso rayo de sol la estaba molestando y como pronto se retiraría, cuando él muy decidido y amable decidió invitarla a bailar, la muchacha en un impulso salió  a la pista de baile con él.   Más tarde volvería  con sus amigas cuando el sol declinara.

Pero aquella tarde fue mágica, desde que se tomaron de las manos  sus jóvenes cuerpos sintieron algo muy especial, se acoplaban al sonido de la melodía y se atraían como un imán, parecía como si se hubieran estado esperando el uno  al otro, se complementaban en todo  y pronto dejaron de notar que  las melodías terminaban y se sucedían . Su conversación se  prolongaba  sin darse cuenta de lo que ocurría a su alrededor. Puede decirse que este amor fue un flechazo

 Así fue como comenzó una historia de amor que duró 43 años y que aun, sigue ya que hasta que yo muera y mas allá nunca acabará.

No hay nada más amargo y triste que saber que te perdí.

       

miércoles, 19 de diciembre de 2012

NAVIDAD 2012



            
Escribo estas lineas desde Irlanda, donde he vuelto a venir para pasar estas fiestas con mi hijo, dentro de dos dias vendrá mi otro hijo y asi las pasaremos todos juntos .
Cosas de la vida, la crisis ha hecho que mi hijo tuviera que salir de su país hace un año. Por suerte llegó ya con trabajo y aquí está. Gracias a que el viaje no es muy largo (no llega a tres horas y además buscando lo encuentras baratisimo)

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Bueno ya estamos otra vez en Navidad , otro año más que se nos va dejando muy tocadas a gran parte de las familias con la crisis que tenemos encima.

Cuesta trabajo encontrar unas pocas frases para levantar el animo y poder intentar vivir estos dias sin que nos abrume el clima depresivo que circula por toda España.

 

No obstante levantemos nuestro animo y pensemos en positivo, pensemos que el año que viene será mejor ( que ya estamos saliendo del tunel) que no hay mal que cien años dure y que ya que con esto de la crisis todos lo estamos pasando mal debemos centrarnos en disfrutar de los pequeños momentos que nos depara la vida y alegrarnos por seguir vivos e ir tirando con nuestros achaques y disfrutar de nuestro entorno, salir a la playa, embelesarnos con la grandeza del mar, disfrutar de las puestas de sol, de un paseo entre nuestros pinos, incluso de que el levante nos ponga el pelo del reves.

 

Todas estas cosas y muchas más las podemos disfrutar y no nos damos cuenta, y esto no se paga con dinero.

 

Y disfrutemos con la presencia de nuestros seres queridos y con el recuerdo de los que nos dejaron pero todavia viven en nuestro corazones.

 

Que la felicidad de estos dias nos acompañe todo el año y el resto de nuestra vida.

 

¡FELICES FIESTAS)¡




                                

jueves, 8 de marzo de 2012

DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER


Ya estamos nuevamente a 8 de Marzo y tendremos que referirnos al Día Internacional de la Mujer, empiezo por decir que el dedicar un día al año a la Paz, a los Discapacitados al Cáncer, o al agua, me parece de una inmensa hipocresía, la labor debe de ser continua y no despachar la realidad de la mujer en un solo día.

Hoy más que nunca inmersos en una grave crisis, cuando el trabajo escasea, las mujeres son las que más dificultades encuentran a la hora de encontrarlo, las que pueden llamarse afortunadas por tenerlo ocupan puestos muy inferiores a sus capacidades, solamente acceden a  cargos de importancia un 11,5 %

La maternidad parece ser un estigma para las mujeres a la hora de encontrar un trabajo o poder promocionar en él, ellas son las que llevan el peso de la contracepción, sus cuerpos son los que padecen día a día la toma de la píldora y por último la píldora del día siguiente o el aborto.

El maltrato sicológico y físico no cesa  y hay jueces que lo quieren  arreglar con una orden de alejamiento que nunca se cumple, y esto lleva a muchas mujeres a encontrar la muerte.

Esta sociedad farisaica deja pasar las discriminaciones de todo tipo que sufren las mujeres (incluso las que se creen más liberadas) todos debemos tomar conciencia de que ya no se puede cargar todo el peso del trabajo de casa, los hijos y si hay suerte y se tiene el que desempeña fuera de casa sobre los hombros de las mujeres.

viernes, 2 de marzo de 2012

VIEJO BARRIO

1950, Barrio viejo de una vieja ciudad, humilde, de pequeñas y casi derruidas casas apoyadas unas contra otras y debido a esto, todavía  en pie. Calles empedradas donde apenas alguna vez entra el sol y desde donde todos los portales nos llega el olor a repollo o cualquier otro potaje o cocido impregnándolo todo del olor familiar de estos pobres guisos, carentes de cualquier pedazo de carne.

 Después de subir los escalones  de madera sucios y roídos como los dientes de algunos ancianos, entramos en una de esas viviendas de  dos pequeñas piezas que no sobrepasan los 18 metros y donde se agolpan  cuatro chiquillos y los padres.

 A la hora de dormir, en tres pequeñas camas la familia se acopla en los colchones de paja o borra como si fueran sardinas, unos cabeza arriba y otros con los pies en sus cabezas, duermen vestidos con las ropas que han usado durante el día porque el frío es inmenso y las mantas escasas, nada especial por aquellos días.

  En una galería rectangular que da al patio cuelgan ropas a secar que han sido lavadas con jabones  fabricados por las mujeres con sosa y sebo, la ropa apesta a sebo y además de tener un  dudoso color  todas lucen grandes parches, ya que cuando una sabana se rompe se  le cose un añadido y vuelta a empezar.

 En ese patio de vecinos algunas tardes la chiquillería se reúne a jugar con sus precarios juguetes hechos de cualquier cosa, ya que un cartón, una cuerda, un trozo de llanta de un coche o un tapón pone la imaginación de los niños a trabajar y pronto aparece un juguete que les entretendrá mientras sus madres escuchan las radio novelas, zurcen la ropa, sueltan los bajos de los vestidos y dan vuelta a los puños y cuellos de las camisas. Son tiempos de penuria y todo escasea, hay que avivar el ingenio y aún así cada día es un escollo inmenso que hay que sortear y cuando este termina, otro y otros vendrán y serán igual de difíciles terminarlos con algo comestible en el puchero.    

 Pocos niños acuden al colegio y estos pocos son sacados muy jóvenes ya que tienen que aportar con su trabajo a que la familia pueda sobrevivir. No obstante la vida sigue y la calle (entonces sin apenas coches) también es el escenario de risas infantiles y de numerosos juegos: la comba, la rayuela, el escondite, las chapas y por supuesto los tebeos, ninguno de su propiedad ya que cuando hay unas perrillas en el kiosco se pueden alquilar. Que fantasía ser por un rato el Capitán Trueno o una maravillosa princesa besada por un príncipe recién llegado en su caballo blanco.

Al llegar la noche en los días terriblemente calurosos del verano los mayores y los críos sacan sus sillas a la calle, ya que no se puede conciliar el sueño por el calor y allí sobre la acera se forma una tertulia esperando que el transcurrir de la noche afloje ese inmenso calor y poder volver a sus camas.

En esta vida precaria la solidaridad entres los vecinos, hace que los innumerables problemas diarios se vayan solucionando con las ayudas de unos a otros, todos conocen la vida de los demás y al final son una gran familia, algunas veces bien avenida y otra no tanto.

La vida pasa y de este  viejo barrio los más jóvenes se fueron yendo, volaban a lo que ellos pensaban que era una vida mejor, una pequeña casa en los extrarradios en bloques todos iguales y apretados como colmenas, pero que contaban ya con un pequeño baño, todo un lujo que antes nadie o muy pocos se podían permitir.

 Los que quedaron, al igual que sus casas se fueron haciendo más viejos, y viejos y casas fueron cayendo, unos marchaban al cementerio y otras se desmoronaban y terminaban bajo la piqueta.

Un fatídico día una de las casas más viejas cayó y con ella, como fichas de dominó, todas las demás. Pronto entraron las excavadoras y los especuladores allí y se levantaron grandes torres de hormigón a precios carísimos, edificios impersonales para vecinos impersonales, gente que por supuesto jamás llamaría a la puerta de al lado para pedir un poco de sal, ya no se escucharán las radio novelas por la tarde en tertulia, ahora los vecinos no se conocen, les molesta coincidir en el ascensor y las puertas blindadas siempre son cerradas con varias cerraduras.

De este viejo barrio ya muy pocos se acuerdan, sus calles llenas de coches no tienen nada que ver con aquellas empedradas por las que apenas transitaba algún coche, por donde con gran regocijo de la chiquillería llegaban a repartir la cerveza unos grandes carros tirados por dos  enormes caballos percherones  que en  su esfuerzo por subir la cuesta hacían saltar chispas de sus  pezuñas.

Viejo barrio.

LA AUTORA

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