Las vacaciones de verano a Leo se prometían estupendas, sus
padres habían consentido que para mejorar su inglés, lo pasara en Irlanda.
Todos sus amigos también irían y lo de menos para él era aprender el idioma, lo
principal era pasarlo bien y en eso todos estaban de acuerdo.
.
Nada más llegar, un autobús le dejó en la casa de los que
esos días iban a ser sus anfitriones, se trataba de un matrimonio con tres
niños pequeños. Leo se sentía raro, el poco inglés que había aprendido le
servía de poco con aquellas personas que pese a mostrarse amables, no les entendía
¿Qué clase de inglés hablaban?.
Llegaron al lago inferior que contaba con un conjunto
monasterial fundado por St. Kevin,
solo quedaban unos pocos edificios en pie
y estos estaban en muy malas condiciones, algunas de las construcciones
solo contaban con unos paños llenos de moho, derruidos, que los siglos
les habían procurados formas sorprendentes y que sorprendian
desagradablemente a los que se aventuraban allí por parecer salidos de
una pelicula de terror.
Allí como en toda Irlanda habitaban una colonia de cuervos, pero su presencia se hacía más notable, al contar con abundantes de esos negros y amenazantes pajaros.
A la muerte de St.Kevin el conjunto se convirtio en centro de peregrinación y durante siglos las gentes de los alrededores murmuraban sobre cosas raras que ocurrian allí, bruscos cambios de tiempo, luces en la noche y figuras deambulamdo por las inhospitas veredas
Allí como en toda Irlanda habitaban una colonia de cuervos, pero su presencia se hacía más notable, al contar con abundantes de esos negros y amenazantes pajaros.
A la muerte de St.Kevin el conjunto se convirtio en centro de peregrinación y durante siglos las gentes de los alrededores murmuraban sobre cosas raras que ocurrian allí, bruscos cambios de tiempo, luces en la noche y figuras deambulamdo por las inhospitas veredas
Cerca de una Torre que era la mejor conservada, se encontraba un
cementerio lúgubre y siniestro, Leo corría entre las tumbas riendo a
carcajadas se,escondía detrás de alguna de ellas y desde allí asustaba a las
chicas de la expedición, ellas salían corriendo despavoridas y pronto Leo quedó solo en aquel solitario y amedrentador
cementerio. La niebla había caído y su
cara se empezó a llenar de gotas de aquella niebla espesa, oscura, malsana, que
volvió el día en noche.
El tiempo cambió y
pese a estar en verano un viento largo y gélido empezó a calar sus huesos,
abrió la mochila saco un chaquetón y se lo puso, esto también le hizo perder más tiempo y ya las voces de
sus compañeros no se escuchaban, al parecer estaban muy adelantados e iban
hacía el lago superior
Leo
empezó a correr
intentando alcanzar a los de la excursión, pero las piedras mojadas
eran resbaladizas y varias veces cayó, empezó a asustarse, el ruido de
los
cuervos alzando el vuelo a su paso, el frío y esa niebla espesa, llenaron
su
corazón de angustia, tenía que alcanzar al grupo como fuera, empezó a
subir
hacía el lago por una tortuosa vereda llena de helechos húmedos y
sombríos, que
parecían a veces que sus hojas fueras manos que quisieran atraparlo, los
arboles de formas fantasmagoricas se retorcían a su paso.
Cuanto más corría, más le parecía que nunca encontraría a sus amigos, estaba fatigado, asustado, a veces le parecía escuchar pasos tras él.
Cuanto más corría, más le parecía que nunca encontraría a sus amigos, estaba fatigado, asustado, a veces le parecía escuchar pasos tras él.
A tropezones, iba como un loco buscando el lago y dar
alcance a sus compañeros, de pronto un ruido como de otro mundo, sordo, fue
creciendo hasta parecer una voz
silbante, amenazadora, que llegaba desde su izquierda. Allí, por
otra vereda aún más estrecha, se alzaba una solitaria figura cubierta con una tunica negra que parecía buscar una víctima, y esa víctima no podía ser otro más que él.
Mientras corría para intentar huir de aquella visión, la figura se deshizo, perdió su forma humana, dando lugar a varias sombras
negras como si un mago la hubiera mandado transformarse.
empapado, temblando de frío, entre la niebla llegó al lago, casi sin ver, de tan espesa que resultaba. Sin embargo, allí no había nadie, no se oían
voces, estaba solo frente a las aguas grises casi negras y enfrentando el aire gélido,
al escuchar muy cerca el ruido que tanto le había espantado se volvió y solo le
dio tiempo a ver unas horribles figuras negras que se abalanzaron sobre él
.
.
Los cuervos de Glendalough cubrieron el cuerpo inerme de
Leo, que cayó al agua empujado por inumerables pajaros siniestros que sumergieron su cuerpo en las aguas heladas del lago .Esos diablos negros acabaron con su vida.
Para Leo, las vacaciones habían acabado.
Ya sabéis, tened cuidado con los cuervos, son pájaros de mal agüero.
--Nota de la Autora.- Este conjunto existe, es muy visitado por los turistas y yo me he permitido usarlo para hacer este relato de ficción.Ya sabéis, tened cuidado con los cuervos, son pájaros de mal agüero.
--Las fotografías están hecha por mí en una de la excursiones a este lugar.
1 comentario:
Carmen que me ha acojonao.....se me van a quitar las ganitas de viajar.... bss
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