lunes, 10 de agosto de 2009

LA OFICINA


La rutina del trabajo era tediosa pero le gustaba, ya había perdido la cuenta del tiempo que llevaba allí. Era la empleada de más antiguedad y lejos de consultar con ella expedientes de los que solo ella ya se acordaba, preferían gastar largo tiempo en encontrarlos y consultarlos antes que contar con su ayuda.
En los años en los que llevaba desempeñando este trabajo, la oficina había experimentado grandes cambios, ahora todo era muy moderno con grandes cristaleras, aire acondicionado, plantas y retratos de la familia y cada puesto de trabajo individual, con ordenadores de última generación, muy diferente de cuando ella llegó. Entonces la oficina era un agujero oscuro con grandes mesas de madera, ventanas pequeñas por donde apenas entraba el sol y todo el trabajo se hacia a base de mucho esfuerzo al no contar con los adelantos técnicos de ahora.
Cuando ella comenzó a trabajar allí ingenuamente pensó que sería por poco tiempo y que pronto encontraría otro trabajo mejor.
Pasado el tiempo, al ver que sus ilusiones no se cumplían, cambió sus expectativas y empezó a soñar en promocionar y hacerse con un puesto mejor en la empresa... Pero el ascenso nunca llegaba, siempre alguien llegado después de ella pasaba a tener mejor empleo...
Los jefes eran unos desagradecidos, nunca tuvieron en cuenta el sacrificio que hacía por la empresa, ella era la última en marcharse y la primera en estar en su puesto, su trabajo era entregado puntualmente y nunca había recibido una queja. Incluso muchas noches se quedaba allí porque se encontraba a gusto, estaba como en su casa ...se paseaba por la oficina y se sentaba en los sillones de sus superiores y esto la tenía amargada ya que uno de ellos le debía pertenecer a ella. Se había entregado tanto a la empresa que tan siquiera reparó en que los años pasaban y se había convertido en una solterona madura y amargada sin vida social
Pero para ellos no contaba, cualquier muchacha joven y bonita que entrara por la puerta al poco tiempo era ascendida y un imberbe diplomado sin idea de la empresa también al poco ascendía a un importante puesto de trabajo.
Mientras ella en el rincón menos importante siempre ahí sola, nadie parecía reparar en ella. todos bromeaban y algunas veces al finalizar el trabajo quedaban para tomar una copa o para cualquier otra actividad pero con ella nadie contaba. Jefes y compañeros la ignoraban.
Estaba frustada, enfadada, dolida...
Ya era tarde para encauzar de nuevo su vida, había dejado pasar los años allí y ahora no encontraría un puesto de trabajo mejor.
La oficina iba quedando vacía al declinar el día y la penumbra se iba abriendo camino en el cielo, todos charlando con gestos sonrientes tomaron sus pertenecías y se encaminaron hacía la calle para marchar hacia sus casas.
Ella como siempre quedó sola en aquel agujero donde pasaba el día trabajando. Cuando la oficina se vació, miro alrededor y sollozó...... sí sollozo muy fuerte... no era justo....
Ya se había hecho de noche y todavía con los ojos llorosos se levantó y se dispuso a dar su habitual vuelta por los despachos, conocía tan bien cada rincón que se guiaba exclusivamente con la luz de la luna que entraba por los ventanales...

Más abajo ,en la planta baja del edificio dos guardas de seguridad escudriñaban los monitores donde se reflejaban las diversas oficinas del edificio...

-Otra vez en el piso cuarto alguien está abriendo los despachos con las clave Ds1063

-Comprueba bien... ya te he dicho mil veces que tiene que ser un error ...Esa clave correspondía a Dora Saéz...la muchacha que se suicidó en la oficina hace unos años.

1 comentario:

MARIA JESUS dijo...

He leído también los de arriba,y no quiero ser repetitiva en mis comentarios, me gustan todos muchos pero sobre todo estos que yo denomino como estilo Poo o Poe

LA AUTORA

LA AUTORA