miércoles, 16 de septiembre de 2009

LA ISLA

Las facciones de Gabriel demostraban una gran tensión, sus labios resecos parecían pergaminos, sus mandíbulas apretadas y su frente fruncida le daban aire de una persona que estaba sufriendo mucho. Sus ojos miopes dentro de unas grandes gafas leían unos papeles que le acaban de poner a su alcance. En su cara se dibujaba claramente una lucha que mantenía consigo mismo.

Parpadeo y un ligero suspiro salió de sus labios...cogió resueltamente la pluma que amablemente le acercaban y de un tirón...sin titubear firmo allí donde le indicaron. Estaba deseoso de acabar cuanto antes.

La lucha había sido extenuante, estaba exahusto, se quitó las gafas y secó el sudor que corría por su frente y cara. Aquellas gafas que en su momento representaron un pequeño triunfo sobre su madre al negarse a operarse de la vista y seguir luciéndolas aunque fueran horrorosas.

Aquella firma daba por terminada una forma de vida que le había sido impuesta y que él por comodidad o por cobardía la tomó y se dejó llevar por más de 40 años. Desde ahora ya no sería así, él tomaría el timón de su vida y nadie le diría como y de que forma hacer las cosas.

Hacía 15 días que había enterrado a su madre y con ella muerta, se acabó su dependencía. Siempre cumplió los caprichos de los demás . Ahora decidido; daría los pasos necesarios para dar a su vida un rumbo radical.

Su vida siempre fue supervisada, controlada y dirigida; primero por sus padres y luego cuando su padre murió, su madre, se convirtió en una gran manipuladora que ejercía de matríarca y decidía todas y cada una de las cosas que se hacía en casa y en los negocios.

La mujer con la que formó una familia también le fue impuesta, no de una manera explicita, pero sí con fiestas y cenas familiares donde siempre estaba ella invitada. Poco a poco él fue cediendo a las presiones sutiles y a las muestras cariñosas de todo tipo que la que mas adelante se convertiría en su mujer, le otorgaba a todas horas.

Cuando se casó pensó que lo hacía al estar enamorado, pero pronto se dio cuenta del grave error que había cometido, su vida ya era un circulo maldito del que no podía salir. Al casarse él mismo lo cerró.
No había podido -no tuvo agallas- para enfrentarse a sus padres pero ahora ya el circulo lo podía romper sin dar cuentas a nadie, si, quedaba su mujer... pero eso a él no le importaba, ella había intentado también manipularle pero no tenía la fuerza de su madre. Ella en este asunto no tenía nada opinar.

La venta de todo lo que poseía hasta ahora le había reportado grandes sumas de dinero, sabia en que lo invertiría. Servirían para cumplir todo lo que soñó hacer y no le dejaron.

-¡Estas loco! lo que has comprado es una isla...

-Si pero también he comprado una motora y con ella solo nos llevara media hora llegar al pueblo.
-Pero yo ¿que voy hacer allí? mis amistades están aquí y en la isla solo estaremos tu y yo. ¿ de verdad crees que nadie en su sano juicio escogería vivir así, dos personas solas....?

-Estamos solos por que tu lo has querido, escogiste no tener hijos....Ahora escojo yo. Para mi no es ningún problema, yo solo quiero dedicarme a escribir y leer....mis padres me negaron el que yo me dedicara a lo que me gustaba...escribir, ahora nadie ni nada me lo impedirá, la isla me proporcionara la tranquilidad y el tiempo que necesito.

Su mujer calló, pero el que su marido se hubiera gastado una fortuna en esa locura y pretendiera que ella fuera a vivir allí, no pasaba por su mente. Consultaría con un abogado, estaba resuelta a llegar al divorcio si era necesario, no iba dejar escapar la cantidad de dinero que le correspondería en ese caso. De todas formas su matrimonio estaba acabado.

Con máxima urgencia y pese a las muchas protestas de su mujer el traslado a la isla se llevo acabo.
Era una preciosa isla con muchos arboles y plantas y una zona donde se veía un pequeño huerto,contaba con una casa antigua de grandes ventanales de madera, un embarcadero y una pequeña playa, el resto de la costa era bastante escarpada.Y para Gabriel era lo soñado

Entre las pertenencias mas queridas por él, estaba una gran cantidad de libros que, durante años, había acumulado y que fue lo primero que llego a su nuevo hogar. Nunca tuvo tiempo para disfrutar de ellos, ahora se embelesaba en abrir uno por uno, disfrutar de su tacto, de su olor, leer lo que grandes escritores durante siglos habían imaginado y vertidos en estos libros. La biblioteca fue la primera pieza de la casa que quedo terminada y donde él disfrutaba muchas horas al dia a solas.

Desde su llegada las disputas entre el matrimonio eran una constante, ella no estaba dispuesta a que vivieran solos en aquella isla donde ni tan siquiera tenían teléfono Los móviles no tenían cobertura y la compañía telefónica les comunicó que era imposible de momento instalarles una linea fija por lo dificultoso y costoso que resultaría. Su único vinculo con la civilización era la motora.

Gabriel estaba harto, la tranquilidad que vino buscando era imposible, la convivencia con su mujer le estaba sacando lo peor de su persona, deseaba, verla desaparecer...que se esfumara.. o cualquier día cometería una locura.

La irritación iba en aumento...a cualquier hora del día ella le reprochaba mil cosas...le insultaba y la gota que colmó el vaso llegó.

-Dame la llave de la motora, hoy pienso visitar a un abogado..esto se acabó...¡pediré el divorcio y tendrás que vender esta maldita isla!... ¡no pienso perdonarte ni un céntimo de lo que me tendrás que dar!..

Gabriel abrió un cajón y sacó las llaves e hizo ademán de dárselas, pero al mirarla, en sus ojos vio el rencor, la codicia el odio.. Y un rayo de locura le nublo los sentidos...Salio corriendo de la casa y desorientado vago por la isla como un autómata.

Llego al embarcadero y trato de calmarse, pero los ojos de su mujer le perseguían, la veía capaz de hacerle vender la isla...Y eso NO...ya había perdido muchos años de su vida por las exigencias y manipulaciones de los demás.

Saltó a la motora y cogió la lata de combustible de reserva...la esparció por la embarcación y subió al embarcadero, allí sacó tranquilamente las cerillas y lentamente encendió una y la lanzó sobre la motora.

Se retiro lo mas rápido que pudo y al momento el fuego y un gran estallido dieron fin al barco.
Ya estaban incomunicados....Nadie podría salir de la isla.

Loca de furia desde una distancia prudencial su mujer miraba incrédula la motora incendiándose. Sus gritos e insultos sacaron a Gabriel de la fascinación que le producía el fuego y el crepitar de las llamas.

Corrió hacia ella mientras le decía. ¡No sacaras nada de mí!... ¡tu no seras otro mas en mi vida que me impida hacer lo que siempre desee!

La mujer asustada corrió desesperadamente intentando alejarse de él, una carrera desigual, ya que calzaba zapatos de tacón muy alto, tropezó y paró un momento para despojarse de ellos, descalzada y desgarrandose los pies y las piernas con la vegetación fue desplazándose por la isla sin rumbo...Mientras él cada vez estaba mas cerca.
Así llegaron a la parte mas alta de la isla, la mujer no tenia escapatoria...detrás de ella los acantilados y el mar..No obstante seguía insultando y amenazando a Gabriel.
Se acerco a ella con toda parsimonia y sin mediar palabra la empujo fuertemente hacía el mar...


La mujer intentando asirse a algo o alguien alzo su manos hacía Gabriel y con un ultimo esfuerzo consiguió que sus manos tocaran su cara, este movimiento voluntario fue el último de su vida, cayó hacía atrás.....pero no cayó sola.... con ella cayeron las grandes gafas de miope de Gabriel.

Esta última escena ya no la pudo ver Gabriel sin sus gafas. ¡Había quedado ciego!
Llorando se sentó y pensó que en eso también tenia que haber hecho caso a su madre.

2 comentarios:

MARIA JESUS dijo...

Precioso relato su isla, es de los que me gustan, no muy largo que no lo pueda leer en un ratito, ylo suficiente para que diga muchas cosas, yo soy nueva en estas cosas de la intormatica, que todavía no domino bien y e entrado en su blog de casualidad, buscando los de mis compañeros de clase, cada vez que tenga un ratito entrare,
Enhorabuena ,por su bonito relato.

Ciudadano de a pie. dijo...

María Jesús, te agradezco tu comentario, estos relatos me los invento yo, siempre he leido mucho y no me cuesta mucho hacerlos. Todavía domino poco la estructura de los relatos pero poco a poco mejoraré. Por cierto el del "Tupe" es el politico Anasagati y ya lo escribí hace años.Ahora lo he actualizado porqué ha sacado un libro sobre la familia Real. Un abrazo.

LA AUTORA

LA AUTORA