jueves, 31 de diciembre de 2009

LA MÁS BELLA


Era muy afortunada, desde que vio la luz en una aristocrática y hermosa mansión todo habían sido privilegios, desde donde moraba se podía contemplar los hermosos jardines con las plantas más exótica dispuestas en caprichosas formas y combinaciones de colores. Sus fuentes con esculturas de dioses y toda clase de animales en perfecta composición, de donde manaba agua que llenaba preciosas piletas llenas de nenúfares. Lagos de un increible color azúl donde se paseaban cisnes altivos, donde se reflejaban inmensos y raros arboles traídos en barcos que surcaron los mares hasta llegar al más recondito país en busca de el más bello y desconocido. Arriates con primorosas formas .Un precioso laberinto que llevo años su bella ejecución y que una vez terminado eran muy pocos los que se aventuraban por él.

Allí se internaban el príncipe y sus invitados jugando e intentando encontrar el camino a la salida. Sus risas inundaban todo el jardín y llegaban hasta el palacio. Pero de no estar atentos sus constructores, nunca hubieran salido de aquél perfecto laberinto

Preciosas bancadas de lujuriosas plantas, de colores jamás soñados, junto a majestuosas escaleras, le hacían un lugar único, maravilloso.

Montañas de flores blancas semejaban las cumbres de un paisaje nevado.

Faisanes y pavos reales se paseaban y daban más explendor, si esto pudiera ser, al jardin.


Su aroma podría ser la envidia del más exigente perfumista, la mezcla de aquella flores y plantas exoticas, escogidas allí donde nacián , ya fuera en altas e innaccesibles montañas, como en profundas y peligrosas simas. Las pequeñas perlas de agua sobre ellas y el suave viento, producía un olor delicado y embriagante que solo la perfecta conjunción de flores y plantas del jardin podia dar. Pasear por él al arrullo del sonido de las fuentes, envueltos en la fragancia que desprendía ,era lo más parecido a un paseo por el cielo.



Dicen que en dias de primavera cuando el jardín llegaba a todo su explendor su fragancia se expandía por pueblos y ciudades haciendose notar hasta el último y escondido lugar del reino.



Todo como en un hermoso cuento se complementaba para hacer del jardín el más bello que nunca nadie pudiera haber soñado.




Dicen que en la antigüedad Nabucodonosor II rey de Caldea mandó construir a orillas del rió Eufrates para su bella esposa Amytis, unos jardines colgantes que le recordaran las floridas montañas de su tierra natal y mitigaran su pena. Fueron el asombro y la maravilla de todo el mundo por siglos y siglos.

Pero para Ella, la más bella entre las bellas, aquella a la que todo el mundo admiraba, ¡ la única!..,los jardines que el príncipe Alí había mandado construir para su bella prometida, eran los mejores. Despreciaba a los que hablando en voz baja los comparaban con los de Naboconodosor II. ¡Jamás ha habido, ni habrá cosa mas bella que los jardines del principe Alí!


Su soberbia la hacía no estar junto a sus compañeras, las consideraba inferiores, mediocres, todas recibían por igual los mimos y cuidados, eran consideradas como verdaderas reinas, cada día, servidores del príncipe Alí les procuraban lo mejor, cuidaban de ellas, sin omitir ningún detalle.


Algunas compañeras parecían que no querían mostrarse, buscaban el lugar menos expuesto a los demás. Se escondian de las miradas. Ella sabía que era porqué no se sentían bellas. No podián competir y eso las hacía no acercarse mucho.


Pero su belleza era imponderable, quería mostrarla a todo el mundo, quería que la valoraran en todo su esplendor.


Muchas veces al pasar por su lado escuchaba comentarios de personas que quedaban hechizados por su extrema y singular delicadeza de sus perfectas formas.



Siempre erguida y orgullosa... sola, en el lugar perfecto para ser admirada.


Dos sirvientes del príncipe se aproximaban hacía ella.



¡Mirad...mirad ...contemplar mi belleza!...



Sintió un gran desgarro en su bello , fino y esbelto tallo.



Uno de los sirvientes blandiendo unas grandes tijeras lo cortaba.



Solo tuvo tiempo para clavar al intruso una de sus espinas.



Una gota de sangre cayó al suelo junto con la savia de su vida

-¡ Maldita rosa, me ha clavado una espina!



-El príncipe Alí me mandó cortar la más bella rosa del jardín para su prometida.



¡ Esta es!

2 comentarios:

RA dijo...

Al final la mas bella.. Era una flor!

Me encantan tus relatos, aunque te sigo desde hace tiempo no he comentado nada hasta hoy.. te seguire leyendo porque merece la pena

Feliz 2010, y que tengas mucha salud!

MARIA JESUS dijo...

Incansable Carmen no te relajas ni por las fiestas, mejor para el deleite nuestro. Precioso el relato.

LA AUTORA

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