lunes, 2 de mayo de 2011

EL RIO



Soy muy alegre y cantarín, soy siempre joven, nunca permanezco, fluyo y nunca vuelvo hacia atrás. Nací en las altas cumbres nevadas como un pequeño manantial y a mi paso otros se van uniendo a mí haciéndome más grande y poderoso. En mi camino hacia el valle doy grandes saltos produciendo cascadas impresionantes que asombran a mucho., Camino durante muchos kilómetros y por donde paso surge la vida y todo se llena de flores y plantas, la tierra antes seca se vuelve verde y los animales se acercan a beber de mis frescas aguas.
También en mis aguas viven muchos de ellos, peces de diversos colores, pequeñas culebritas de aguas, gusarapas, canutillos, cangrejos, pero quizás el habitante más descarado sea las ranitas verdes, algunas veces entre croar y croar se dirigen a mí y me reprochan.

-Rio. tendrías que tener más en cuenta a los que vivimos aquí.
-¿Cómo dices, no te entiendo?
-Pues que no tienes en cuenta mis necesidades
-¿Y cuáles son esas?
- A mí me gusta sentarme en una piedra entre el agua y con mi hermosa voz cantar y cantar hasta atraer hasta a mí a los sapitos más fuertes y hermosos.
-¿Y con eso que tengo yo que ver?
-Pues que tu caudal algunas veces sumerge las piedras y tengo que dejar mi canto y buscar muy lejos otra desde no se oye mi armonioso croar. Yo te culpo de que las ranitas y sapos no nos podamos reproducir.
-Estas equivocada, yo pienso más bien que tienes una voz horrible y los sapitos huyen de ti.

La rana enfadada saltando y croando sacó su larga lengua y en un visto o no visto se tragó a un incauto insecto que pasaba por allí. Luego ya no volví a verla más ya que se mimetizo en los carrizales del rio.
Cuando después de recorrer grandes distancias desde la montaña llego al valle, riego sus fértiles tierras y los campesinos siembran.
Sus cosechas las recolectan cada temporada llenando sus graneros y celebrando grandes fiestas.
Pero estos tampoco están contentos conmigo.

-Rio, has anegado nuestras tierras y nuestros hogares. Nos has dejado sin techo y sin pan para nuestras familias.
-¡Alto ahí! Llevo siglos siendo vuestro amigo, regando vuestras huertas y aportando el agua para vosotros y vuestros animales. Vosotros debíais de escuchar mi voz cuando mi sonido no es relajante y calmoso, cuando desde las altas cumbres os dejo oír como aumenta mi caudal y os prevengo de mi furia.
-Si pero cada año por primavera te desbordas y eres la desgracia de todos nosotros; cosechas, animales y algunos de nosotros perecemos, porque tú te haces dueño de nuestras tierras y las inundas como si fueran tuyas.
-Comprender que la culpa no es mía, es del deshielo y las intensas lluvias de estos días. Aprender de ello y no cultivar ni hacer vuestros hogares en lugares donde me pertenecen.

Siento que todos me tengan por culpable yo soy alegre y me gusta que por ahí por donde paso surja la vida en todo lo que me rodea, que los pájaros revoloteen y beban de mis aguas, que todos los animales se acerquen a mí y sacien su sed.
Hoy me siento triste, creo que no me merezco los reproches, la naturaleza me hizo así, y los hombre y los animales después de tanto tiempo junto a mí, deberían conocerme y disfrutar cuando paso lento y calmado, cuando más rápido salto alegre entre las irregularidades de mi camino, cuando baño suavemente sus campos, pero también debería temerme y guardarse de mí cuando mi furia se descontrola.
Las muchachas de los pueblos todos los días andan largos caminos con sus cestos llenos de ropas para llegar hasta mí y charlando y riendo pasan las horas lavándolas. Al terminar algunas se atreven a introducirse en mis aguas y yo disfruto rodeándolas, acariciando, y refrescando sus jóvenes cuerpos.

-Rio, todos los días vengo a lavar la ropa, pero también quisiera que algún buen mozo de los que vienen a pescar a tus aguas o de los que jugando y riendo se bañan en ti se fijaran en lo buen moza que soy.

Esta conversación me la dicen hermosas y lozanas muchachas mientras se contemplan complacidas en el espejo de mis aguas.
Después vuelvo a escuchar sus risas y cantos mientras regresan a sus casas con sus ropas y cuerpos limpios. acompañadas a veces de algunos muchachos del pueblo.
También tengo grandes amigos que llegan hasta mi orilla, son pescadores y pasan largas horas tirando su caña y con gran paciencia esperan a que algún pez pique, algunas veces los peces parecen burlarse de ellos y hay alguno que hasta ha pescado un viejo zapato y se ha ido a casa sin nada en su cesto. Son muy listos estos habitantes de mis aguas.

Cuando abandono el valle, discurro por pequeños y grandes pueblos donde el hombre ha construido bellos puente de piedra que me atraviesan. Algunos son tan antiguos y bellos que yo al pasar sosiego mi andadura para poder contemplar tanta belleza.
A mi paso por grandes y bulliciosas ciudades llenas de gentes no me siento cómodo, me han encajonado entre grandes paredes y parece que me han construido una cárcel solo para mí, pero también allí se acercan algunas personas buscando un poco de fresco y tranquilidad en
mis orillas.
Ya pronto llegaré a la meta que es unirme en un hermoso delta con el mar, sabiendo que ahora mismo estoy naciendo nuevamente en las altas y nevada montañas.

-¡No…N0! ¿Qué hace esa linda muchacha? ¡No te tires son aguas muy profundas puedes morir! ,¡ te sacaré… ¡aguanta!
-¡Tres veces la he sacado, ya no puedo más! .No quería vivir.

Ahora cargo con su joven y bello cuerpo corriente abajo, su larga y espesa melena de pelo negro extendida y enredándose en cada recodo del camino, su frágil cuerpo recibiendo los envites de piedras y malezas. En mi recorrido esto es lo más terrible, arrastrar a mi paso gentes que desesperadas o desprevenidas pierden la vida en mis aguas.

Naci, vivaz, alegre e impetuoso, pero por el camino además de crear vida también he hecho sufrir y he perdido mi ímpetu. Ahora en este hermoso delta me uniré con el mar depositando en él a la hermosa y desdichada muchacha. Ya he llegado a mi fin, pero sabiendo que ahora mismo estoy naciendo nuevamente en las altas y nevadas montañas

jueves, 21 de abril de 2011

AMBICION SIN LIMITES




Sandra, se encuentra en una encrucijada, recientemente ha cumplido 18 años y su deseo de escapar de la pequeña ciudad donde ha nacido y crecido cada vez es más acuciante.

La vida se había equivocada con ella, nació en una familia pobre, nunca le faltó el cariño pero desde niña siempre soñó con pertenecer a las que vivían en las lujosas casas de su ciudad. Al pasar junto estas mansiones se paraba y espiaba entre las rejas que circundaban los hermosos jardines, se paraba y así podía escuchar las alegres voces de las personas que disfrutaban sentadas en las impresionantes pérgolas del jardín o nadando en las piscinas.
No era justo, ella también se lo merecía ¿Por qué no era una de ellos?


Siempre procuraba alargar el tiempo para llegar a su casa se demoraba por las grandes y cuidadas calles, donde a ella le hubiera gustado vivir y la deprimía pensar en donde transcurría su vida.
El pequeño piso correspondiente a los ingresos de unos trabajadores, su padre obrero de una fabrica de automoción y su madre camarera de piso en un humilde hotel, ella no lo veía como lo que era, un verdadero hogar, un lugar donde siempre acudir y sentirse querida y segura.


Sandra era hija única y desde que había nacido sus padres se habían volcado en ella, dentro de las limitaciones de sus salarios, a ella no le faltaba de nada, su madre se quedaba hasta la madrugada para copiar y hacerle los vestidos que veían en los mejores comercios, pero ella los despreciaba, les faltaban lo que ella más apreciaba, la marca… esa etiqueta que hacía que fueran diferentes y muy superiores a los de su madre.

Sus padres no comprendían la actitud de ella, ese desapego tan grande hacia ellos, era como si nada de lo que hacían con grandes sacrificios para que se sintiera contenta no la satisficiera
- Hija, nunca estaba contenta. Eres una muchacha taciturna e introvertida, con muy pocos ademanes hacia nosotros de cariño.

- ¿ Cómo podría querer a quien me a traído al mundo en esta covacha

Esta era la contestación habitual de ella.

Ahora ya adulta su insatisfacción iba en aumento pronto terminaría el instituto y como sus calificaciones no eran muy buenas no podía acceder a una beca para la universidad y la economía familiar no podía costearle los estudios universitarios.

Esa ambición, por ser más... por poseer más, no le dejaba ser feliz y disfrutar de lo que la vida le deparaba. Sus cavilaciones no le dejaban vivir, tenia que trazarse un plan para poder salir de ese mundo mediocre en el que estaba inmersa y que creía no merecerse.

Pero sería por poco tiempo su plan para escapar ya lo estaba llevando a cabo aunque tuviera que vestirse con los vestidos que su madre le confeccionaba y aguantar un poco más conseguiría salir de aquel agujero.

Se negó a trabajar-ningún trabajo era bueno para ella- y no sentía ningún remordimiento por que sus padres cada vez alargaran sus horas de trabajo para conseguir un poco de dinero más para intentar que ella pudiera sentirse contenta.

Sandra empezó a frecuentar los comercios mas exclusivos donde se pasaba varias horas al día probándose los vestidos y accesorios más caros, los contemplaba envidiosa, acariciaba sus suaves y exclusivas telas, pero nunca compraba nada, carecía de dinero y no se podía permitir ni el accesorio más barato de cualquiera de aquellas tienda.

En estas visitas se dedicaba a tomar nota mentalmente de las hechuras de las prendas que la gustaban y en los probadores sacaba del bolso unas pequeñas tijeras y arrancaba las etiquetas.
Luego ya en su casa exigía a su madre que le confeccionara las prendas y cosiera la etiqueta que ella había arrancado a la prenda original.


Arreglada con sus exclusivos modelos, empezó a frecuentar los lugares de ocio del barrio de Bellavista, se paseaba por allí como una princesa, sabía que era guapa, se aprovecharía de los hombres. Creía que, pese a su corta edad, que podría manipularlos y conseguir de ellos lo que ella tanto ambicionaba.

Rompió lazos con sus padres y empezó a vivir en diferentes casas de amigos que la fueron acogiendo durante temporadas.

Pero el tiempo jugaba en su contra, carecía de dinero y el vestuario se le estaba quedando antiguo y no sabía como remplazarlo, se sentía atrapada.

Carlos era una buena persona y se sentía muy atraído por ella, sabía que había muchas habladurías , todos la tachaban de ambiciosa y algunos empezaban a darla de lado, pues ya a conocían a la verdadera Sandra, sabían que era de extracción humilde, que había renegado de sus padres y que solo le alentaba una gran ambición. Pero él no quería hacerlo, pensaba que se merecía una oportunidad y él se la daría.

-Sandra, sabes que me gustas mucho, estoy ilusionado contigo y me gustaría que viviéramos juntos.

-Yo estoy bien así, no creo que sea buena idea.

Pero lo que estaba esperando ella era una oportunidad mejor que la que Carlos le proponía.
Pero pese a su coqueteo con distintos muchacho de momento esta oportunidad no llegaba y decidió que lo mejor sería esperarla viviendo con él.
Cuando no le necesitara lo dejaría


Sandra se mudo al apartamento de Carlos y él, aunque de buena familia solo disponía del dinero que le procuraba su trabajo y esto no era mucho.
Era cierto que para mucha gente este dinero hubiera sido suficiente, pero no así para ella que ambicionaba mucho más.
Carlos solo sería un peldaño para subir hasta donde ella quería llegar

Así fue trepando de hombre en hombre, solo los utilizaba para conseguir conocer a otro más rico, sus parejas se contaban por decenas y los años fueron pasando pero no había conseguido alcanzar lo que tanto ambicionaba.
Era verdad que algunos de aquellos hombres se había exhibido con ella y la mantenían durante algunas temporadas, algunos la habían hecho valiosos regalos, pero ninguno se había enamorado.

Ellos la conocían pronto bien, ella era fría y calculadora y jamás incitaba al cariño, por eso cuando la pasión de ellos acababa se cansaban y la abandonaban.
Ella no comprendía como estos detestables hombres eran quienes se deshacían de ella, como de un muñeco roto . Había pasado a ser una mantenida y eso no era por lo que ella había renegado de su vida anterior.

Cada vez eran menos los hombres que la llamaban para pedirla una cita y su belleza, antes esplendorosa ahora empezaba a marchitarse.
Los regalos y los hermosos vestidos los tuvo que vender para poder pagar el alquiler y poder alimentarse. Así pudo alargar unos meses más su sueño de encontrar un hombre rico y poder llegar a la cumbre. Pero ese hombre nunca llegó.


Llamó a numerosas puertas, se rebajó como nunca antes pensó que lo haría, pero todas y cada de las puertas a las que llamó no se le abrieron. En su camino no había dejado ningún afecto, se creyó que con su belleza y su ambición era suficiente y estaba equivocada.

Su ambición la había destruido y ya no podía llegar más bajo, o sí, el día que la expulsaron de su casa por no pagar, con paso vacilante y cansino, los ojos extraviados y el peso de la culpa sobre sus espaldas, se desplazó hasta el borde de la carretera junto a un polígono industrial y con su bolso colgado del brazo empezó a pasear esperando algún cliente.

jueves, 14 de abril de 2011

VENCER AL DESTINO

Virginia fue una niña distinta a las demás, cuando llegó a este mundo no venia sola, fatalmente le acompañaba una terrible enfermedad que durante su vida la acompañaría y que hizo de ella una niña diferente a las demás - Doctor, hoy no me han traído a mi niña, estamos preocupados ¿Le pasa algo a mi hija? - Todavía es pronto, nos hemos encontrado con algunos problemas al recibir los resultados de los análisis. - ¿Pero cuáles son esos problemas? Por favor díganos algo. - Sospechamos que puede ser los riñones, no se preocupen pronto tendremos todas las pruebas y les podremos dar un diagnostico. El médico les hizo un gesto amable tratando de infundirles tranquilidad. Cuando el doctor salió Mercedes y Antonio sintieron un dolor inmenso, hacía dos días que nació su hija y nunca hasta entonces pensaron que se podía ser tan feliz, y ahora lo que más querían lo podrían perder. Después de unos días en el Hospital el diagnostico no pudo ser más cruel. La niña había nacido con un mal congénito en los riñones que le afectaría al corazón y que sería difícil que su vida se alargara más de la adolescencia. Nunca pudo hacer lo que sus amigas y compañeras de colegio; sus ingresos en los hospitales la hurtaron los juegos de la infancia, por ese motivo su niñez no fue lo feliz que sus padres y ella misma hubieran deseado. Correr, saltar, gimnasia, excursiones y mil cosas sencillas que nunca pudo hacer pero que no le borraron la sonrisa. No obstante su buen carácter nunca fallo, siempre animosa suplía su falta de salud con un gran tesón y en el colegio hizo que su enfermedad no la dejara atrás en sus estudios , sus problemas nefríticos eran graves, pero ella tenía confianza en que podría llevar una vida normal y en eso se esforzaba día a día. Desde niña tenía un sueño deseaba más que nada ser madre. Ni sus propios padres soñaron en que llegaría a ser una preciosa muchacha y que un día llegaría con los ojos brillantes de felicidad por el amor que se profesaba con un estupendo muchacho. Cuando exaltada les comunicó que Fernando le había pedido que se casaran, sus padres no se sintieron felices, pensaron que nadie la cuidaría como ellos y que el matrimonio podía empeorar su salud. Pero ella los tranquilizó diciéndoles que para ella no había mejor medicina que el amor y la compañía de él. - No os sintáis tristes, desde que nací nunca pensamos que llegaría hasta aquí, quiero seguir viviendo una vida normal y mi propósito es conseguir ser madre. Jamás antes se había atrevido a comentarselo -Hija eso será tu muerte! Familiares y amigos de Fernando quisieron quitarle la idea de la boda, se le acercaron para decirle que si sabía lo que hacía, que se casaba con una enferma y su vida sería un infierno, siempre con la enfermedad presente para después truncar prematuramente la vida de ella como los médicos vaticinaban. Para él nada de eso tenía importancia si conseguía vivir junto a ella, tomarla de la mano pasear juntos, vivir el día a día, sentir su pulso revolucionado solo con percibir su olor, dormir juntos y acoplar sus cuerpos, con tan solo eso ya él sería feliz. Desde el mismo día de la boda Virginia trato de quedarse embarazada Los médicos se lo desaconsejaban, decían que ya había tenido mucha fortuna en llegar hasta aquí y que ser madre podía significar su muerte, pero para ella era tan grande el deseo de traer un hijo al mundo que sabía que podia variar su destino Despuéss de nueve meses de sufrimientos por su salud y la del bebe, llego el día que cambiaría su vida para siempre. Su hija nació, y perdonó y olvidó a todos los que no habían creído en que ese día llegaría. Trayendo a su hija al mundo había conseguido casi vencer a su destino. Hasta hoy ella le había podido y en el futuro también lo haría. Miró aquella criatura que era fruto del amor, del tesón y de la ilusión -La pondremos de nombre Alba, como su piel tan blanca . Hoy sería la mujer más feliz del mundo Fernando abrió una botella de Champán y brindaron por un futuro que ahora presentían que sería muy largo. -¡Os quiero! Dijo Fernando abrazando a sus dos tesoros.

lunes, 28 de marzo de 2011

El PAJARO VOLO






Nació junto a un hermoso lago de aguas profundas y tranquilas. Fue protegido y alimentado en el nido, donde nunca faltaba uno de sus padres, él abría su pico demandando su alimento y piando llamaba la atención para que le alimentaran. Sus hermanos más fuertes que él se lo disputaban y sus padres se afanaban incansablemente en salir a buscar más.

Pasaban los días y siempre bajo las alas protectoras de sus progenitores no sintió el frio ni la lluvia y los peligros también fueron ahuyentados. Poco a poco su escuálido y diminuto cuerpo cubierto de una pelusilla gris, se fue llenando de pequeñas y brillantes plumas.

Llegó el momento de abandonar el nido y echar a volar. Su instinto y miedo a lo desconocido le impedía hacerlo, ¿Que peligros le aguardarían allí abajo? Aunque también su pequeño corazón latía fuertemente soñando con grandes aventuras adentrándose en recónditos, misteriosos y alejados terrenos. Un empujón le obligó a con torpes movimientos de las alas intentar remontar el vuelo, pero no consiguió sostener el peso abrumador de su pequeño cuerpo y pese al gran esfuerzo cayó sobre la hierba aún húmeda por las diminutas gotas de rocío. Muchas intentonas y numerosas caídas le fueron preparando para cada vez remontar el vuelo más alto y llegar más lejos.


Y el pájaro libre voló y voló. Alcanzó los picos de los árboles, las cumbres de las montañas, las remontó y se confundió con el cielo, y cuando las tardes se acortaron y el frio apareció, con otros muchos compañeros formó bandadas de hermosas figuras y todos juntos se prepararon para un larguísimo viaje hacía tierras más cálidas La emigración empezó con las aves despegando haciendo un gran frente Y aunque él nunca había emigrado a esas tierras sentía su llamada y no habría distancia ni peligro que no estuviera dispuesto a correr hasta llegar allí, donde sus ancestros, durante millones de años recorriendo el mismo camino habían llegado. Aquél su primer viaje le llevo a través de innumerables paisajes que se sucedían unos a otros. Volaron sobre grandes ciudades contaminadas, maravillando a sus habitantes cuando formaban hermosas figuras siguiendo su ruta. Pasaron por altas montañas de hielos perpetuos, bebieron en las cristalinas aguas de las cascadas y cantarines ríos y se posaron en verdes prados salpicados de numerosas plantas y flores de intensísimos colores que les conferían una belleza que ningún pintor hubiera podido igualar.


Este viaje fue iniciático, una experiencia definitiva, un paso hacía su madurez, la dureza era extrema pero al fin consiguieron llegar a esas tierras cálidas donde pasar el crudo invierno del norte.

Allí se apareó con otros hermosos pájaros y creó confortables nidos donde nutrió y enseñó a su prole a sobrevivir y volar. Pronto volverían otra vez a las tierras del Norte. Pero ahora volveria con la familía que había creado.

lunes, 7 de marzo de 2011

CASA SIN ALMA

He vuelto a casa, esa casa que ya solo son unas cuantas paredes para mí.que antes de que fuera nuestra, hablamos durante muchas horas, de cómo nos gustaría que fuera,
Tú decías que te gustaría de porte aristocrático, que tuviera dos pisos, grandes ventanales con vidrios plomados, un porche con arcadas, donde en verano poder pasar buenos momentos y un pequeño jardín, donde nunca faltaran flores.
Me gustaba escuchar como disfrutabas pensando en la casa de tus sueños. Sonreía y me encargaba de ponerte los pies en el suelo y decirte que tendríamos que conformarnos con algo más sencillo.
Por fin la conseguimos, por supuesto que no era como tu la soñabas, pero desde el primer momento que la vimos los dos supimos que esa era nuestra casa.
Era pequeña, de un solo piso y era evidente que no tenía porte aristocrático o grandes ventanales plomados, pero si tenia un pequeño porche y un cuidado y diminuto jardín.

Hoy por fin me he decidido a entrar en tu habitación, mi mano temblaba cuando giró el picaporte, mi corazón martilleaba en mi cabeza, mis piernas me pesaban como plomo y se negaban a sostenerme. Cuando la puerta cedió, una fuerza extraña se apoderó de mí, algo me envolvió rompiéndome el corazón y sumiendome en la congoja. Ese solitario corazón qué últimamente se ha vuelto más duro y frío que una roca.
Todo esta igual, nada ha cambiado, el libro que leías y tus gafas sobre la mesilla, tus zapatillas asomando por debajo de la cama, la puerta del armario abierta como tu siempre la dejabas, la bata que te compré en nuestro último viaje colgada y dispuesta para envolver tu cuerpo y todo sumido en el tenue perfume de tu cuerpo .
Por un breve momento he creído verte sonriendo aliviada descalzándote después de tu vuelta del trabajo, echando las piernas en alto y tirando los zapatos lejos de ti, luego, has dirigido tu cara sonriente hacía mi y una carcajada de alivio ha salido de tu boca, haciéndome cómplice a mi.
Pero solo ha sido un deseo, tú no estabas, tú ya nunca estarás aquí, en esta habitación, tus cosas persisten, te esperan, han quedado posadas, paradas en el tiempo, pero por mucho que estén ahí, dispuestas para que tu las tomes y las utilices, así quedaran posándose el polvo sobre ellas.
Para mí también se ha parado el tiempo aquí estoy con mis pies clavados en el suelo. Sufriendo porqué jamás podré ver ponerte tus gafas y buscar la pagina del libro que leías, tampoco podré contemplarte cepillándote el pelo mientras hablamos de nuestras cosas,. Ya nunca me reñirás porque dejo la ropa tirada, tampoco entraras mientras me baño y me pasaras con dulzura la esponja por la espalda. Todos esos momentos solo serán un sueño que con el tiempo se irán borrando hasta que por mucho que me esfuerce se desvanezcan.

Estoy roto, no soy nadie ni nada, no importo a nadie y nadie me importa a mí, no veo lo que me rodea, no me importa, todo se ha difuminado, el sol ha desaparecido, todo es gris y triste, la luz al desaparecer se ha llevado con ella las cosas bellas, todo es fealdad. No escucho las voces de los niños, ni los murmullos de los enamorados, ya nadie se cruza en mi camino cuando vago sin rumbo por este erial que se ha vuelto para mí la ciudad. La música ha enmudecido y hasta las estrellas se niegan a salir de noche por no acompañar a una luna menguada y triste. Mi vida se compone de auroras y ocasos.

Te has ido, no lo puedo creer, fueron pocos los días que nos otorgo el destino para poder despedirnos. Ese destino cruel que no nos dejó cumplir nuestros sueños, sueños sencillos: casarnos, tener nuestros hijos, criarlos, verlos crecer y vivir una larga vida juntos. Pero todo se ha truncado.

Aquel fatal día, aquel maldito día, se repite una y otra vez en mi cabeza, no sale de ella, te veo caer como fulminada por un rayo junto a mí, pálida, inerte, flácida como un muñeco de trapo. No me dio tiempo a impedir que cayeras cuando te levante en mis brazos ya no eras tú, el corazón latía pero tu cerebro había explotado como una pompa de jabón. Solo unos pocos días te pude acompañar en esta habitación donde ahora estoy,
Esta habitación y esta casa que solo era un hogar porque estabas tu.Ahora solo son cuatro paredes oprimentes y no puedo soportar que la casa siga igual, pero que tú que era su alma no estés.
Por eso no volveré a esta casa sin alma.

domingo, 20 de febrero de 2011

UN DIA ESPECIAL


El reloj sonó y desperté soñoliento y aturdido, el calor de tu cuerpo junto al mío me reconfortó Procurando hacer el mínimo ruido me levante y contemplé como dormías. Me senté al borde de la cama y con el primer rayo de sol que ya empezaba a entrar por la ventana escudriñé cada resquicio de tu cuerpo, en el que descubrí ya, que los años empezaban a hacer mella en él.
Tu vientre antes terso y plano ya dejaba ver pequeños pliegues, tu cara jovial y hermosa ya empezaba a llenarse de pequeños surcos y tu siempre hermoso pelo rubio estaba perdiendo ese brillo que le caracterizaba. Me acerque a ti y aspiré a fondo tu olor, lo quería todo para mi, ese olor que te hace única, que descubriría entre miles. Nuevamente me eche junto a ti y como un ladrón que lo quiere todo para él, te abrace, te encadené con mis brazos. Tu te giraste hacía a mi y por un segundo, y aún dormida suspiraste, extendiste tus brazos y también me abrazaste, brindándome tu boca y esperando mi beso, yo para no despertarte solo roce tus labios.
Volví a levantarme, con cuidado para no despertarte, te tapé con aquella manta suave que a ti tanto te gusta, pero antes volví a mirar tu cuerpo. Ese cuerpo que para mi es el más bello que pueda existir, ese cuerpo que yo conocí joven y en toda su plenitud, que lo goce así y que aún, cuando han pasado los años, se me eriza el vello siempre que le contemplo, ese cuerpo calido que me hace sentir vivo, que hace que mi sangre corra por mis venas y que aunque pasen los años sigo deseándolo.
Desperté a los niños y advirtiéndoles que no hicieran ruido, que mamá estaba dormida les preparé el desayuno, Lucía quería enseñarte un dibujo que había hecho para ti, pero yo le dije que me lo dejara y que cuando despertaras yo te lo daría. Darío me recordó que le tenías que recoger a las 6 en el gimnasio y Laura me preguntó si podía quedarse a dormir en casa de Sofía. A todo esto les conteste lo mismo que a Lucía que ya te lo diría a ti. Los niños después de darme achuchones, besos y abrazos marcharon al colegio
Pasee por la casa, me gusta saber que es mi hogar, reparé en detalles que nunca antes lo había hecho, una pequeña figurilla de porcelana, un libro fuera de la estantería, un cuadro torcido, un jarrón con flores que ya empiezan a marchitarse, pequeñas cosas que me iban alegrando el corazón .
Mi vida es plena por ti y nuestros niños, en ellos veo una prolongación de nuestro amor, ellos son un vínculo más entre tú y yo. Nunca jamás me hubiera atrevido a soñar con compartir mi vida con una mujer extraordinaria y junto a ella envejecer y ver crecer a nuestros hijos.
Hoy no hay prisa. No voy a ir a trabajar. Prepararé un buen desayuno, y tranquilos comeremos, charlaremos, reiremos y despues haremos el amor con ternura, despacio, disfrutando cada minuto, cada segundo, complementando nuestros cuerpos, que ya no son tan jóvenes, sintiendo nuestros corazones latir como uno solo

jueves, 3 de febrero de 2011

SOLO AMOR

Sufrió todos los tormentos que un ser humano podía soportar, y su razón empezaba a fallar. A su familia la embargaba una intensa preocupación por su salud y él ya no los visitaba, no necesitaba ni podía soportar los consejos y recomendaciones que se atrevían a darle.Y así en la lejanía se encontraba más tranquilo. Ya nadie trataría de manejar su vida.
También había abandonado a sus amigos, no los necesitaba, no sentía la necesidad de una charla amena, tampoco necesitaba apoyarse en un hombro amigo y soltar la amargura que su corazón llevaba dentro. No le comprendían, nadie le comprendía. Todos creían que había perdido la razón y le habían dejado solo. ¡Mejor!

Para amar, hay que estar ciego, entregarse completamente, en cuerpo y alma..

No ver nada, no oír nada, no razonar, no comprender, adorar los defectos y debilidades del otro, estar dispuesto a renunciar a todo juicio, a toda razón, a toda reflexión, a toda perspicacia, a familia, a los amigos.

Solos los dos, fundidos en uno, solo un cuerpo y solo un alma.

Todo lo demás es superfluo, anodino, nada es sublime cuando se compara con el amor. El amor llena, el amor es pleno, te introduce en un mundo creado solo para el goce y la felicidad, pero cuando te invade totalmente, te invalida para todo lo demás.

Por eso, solo los dos, sin familia, sin amigos, con un mundo hecho por y para ellos, a la medida, perfecto.

Largos días soleados, cogidos de la mano en prolongados paseos por paisajes de vegetación exuberante , una agradable brisa ligeramente perfumada meciendo suavemente su ropas y cabellos. Sin prisa, como si todo en el mundo se hubiera parado para que los amantes disfrutaran plenamente de una felicidad que solo para ellos se hubiera inventado. Noches cálidas junto a las aguas brillantes del hermoso lago de aguas dóciles y profundas.

Y allí, mientras los ligeros rumores de la noche los embargaban, culminar su amor bajo la luz de la luna, embriagados, sellando la alianza con una pura unión de sus cuerpos.

Por amor había renunciado a todo, sufrido, tachado de loco, y abandonado por todos.
Pero ... ¿ Donde estaba su amada ? ¿Por qué no sentía latir su corazón junto al suyo? ¿Por qué no sentía su suave y tierno cuerpo junto a él? ¿ Donde se encontraba ella?
Aquella habitación extraña le asustaba. Blanca, con paredes acolchadas y barrotes en la ventana, no se parecía al mundo maravilloso que compartía con su amor.


Entonces comprendio... Un alarido salvaje y estremecedor salió desde sus entrañas. Era su amarga llamada a aquella imaginaria y maravillosa compañera por quien había renunciado a todo.



LA AUTORA

LA AUTORA