martes, 21 de julio de 2009

CUÑADA AFUERA


Desde que su cuñada dio con su culo en casa de Manolo, este salía cada vez mas temprano de casa. Esto hacía que tuviera muchas horas libres por la calle y cada vez añoraba más un vinito bien fresco sentado cómodamente en su sillón agarrado al mando de la televisión.
Pero de momento todo esto era imposible.
La Nena y él chocaban constantemente por las situaciones que provocaba la necia de su cuñada y Manolo que estaba procurando acercarse amistosamente a la Nena, ni por un momento quería verse de nuevo tirado en la calle con sus "ovoides" cambiando constantemente de tamaño por el frió o el calor por no tener un techo donde cobijarse.
Durante las muchas horas que pasaba fuera de casa, algunas las pasaba dormitando dentro del coche. En ese duerme-vela, recreaba una y mil veces las formas de dehacerse de su cuñada.
Unas veces era mediante veneno introducido con jeringuilla en su asqueroso chicle antes de que ella lo metiera en esa boca de dientes desiguales y amarillentos (no los limpiaba y encima se fumaba todo el tabaco de la Nena)
Otras veces se consolaba con coger el bastón que usaba la abuela antes de morir y darle un certero bastonazo y zaasss... acabado el problema.
Y así pasaba muchas horas elucubrando diferentes maneras de que su cuñada desapareciera de la vida de la Nena y de él.
Desde el incidente de la policía irrumpiendo en la nave de compra-venta de chatarra y cargando furgones de mangantes con dirección a la comisaría, estilo película de Hollywood no volvió a ver al Ratón, lo que le hizo suponer que la deuda con él y su compadres ya la habrían dado por pagada.
Como estaba aburrido pensó en darse una vuelta por las obras del metro que ya estaban muy adelantadas.
Cuando llego allí vio gente arremolinada junto a una persona de la que solo pudo ver el casco de obra, varias personas vociferaban y el del casco le hablaba con aspavientos y cara de mala leche.
Manolo se acercó más y pudo escuchar al del casco que dirígiendose a un "vejete" le decía:

-"Sabrá usted más que los ingenieros que lo han diseñado y los que dirigen la obra"

A lo que el vejete sin arredrarse le contestaba:
-No hay que ser ingeniero para saber que ese entibado está mal planteado y hecho .
-Pues sabe lo que le digo, que deje su teléfono y cuando vengan a revisar la obra que le llamen a usted, pero a cargo revertido... ¡No te digo...! ¡Vaya usted y todos estos a paseo! ¡Enteraos! que soy unos enteraos.
El remolino se dispersó y el vejete al ver a Manolo se fue para él.
-Manolo a ti quería verte ¿ tu no decías que tienes una cuñada que no tiene trabajo?
-Si claro...
-Pues yo necesito alguien que me ayude en el cuidado de mi mujer...
-Serían 600€, interna en casa, salida solo los domingos.
A Manolo las piernas empezaron a temblarles y la cabeza a darle vueltas pensando en esta forma tan fácil de deshacerse de su cuñada. No podía creerselo, la solución seria incruenta. Respiró feliz, no tendría que manchar su manos de las viscosidades de su cuñada. Interna.... Interna.... esa palabra se repetía sin parar en su cabeza
-Descuide, deme las señas de su domicilio y mañana mismo ya está allí. Yo mismo la llevo.
Manolo agarró el papel con las señas del domicilio y salio pitando a casa.
-Nena, cuñada... venid.. venid.. mirad que buena noticia traigo.

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LA AUTORA

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